Cerca de 100 millones de personas en los Estados Unidos tienen un diagnóstico de hígado graso no alcohólico.
Esta condición que crece al ritmo del aumento de la obesidad, se define como la excesiva acumulación de grasa en las células del hígado, que no está relacionada con el beber en exceso.
Esta grasa puede causar una lista larga de enfermedades: desde colesterol alto, aumento de triglicéridos, síndrome metabólico (cuando no se usa bien la insulina), e hipertensión hasta trastornos cardíacos.
Aunque el hígado graso no alcohólico puede presentarse a cualquier edad, se diagnostica más entre los 40 y 50 años, justamente por la mayor prevalencia de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes tipo 2.
Esta condición que puede no presentar síntomas de alarma, al menos al principio, suele detectarse en los exámenes que forman parte del chequeo anual, a través del análisis de sangre. Un 20% de las personas que la padecen desarrollan cirrosis. Sí, aunque no sean bebedores empedernidos.
Un nuevo estudio comprobó que el costo de la atención médica de esta condición altamente prevenible —con una dieta sana, rica en fibra y baja en hidratos de carbono y carne roja, control del peso y ejercicio— es astronómico, incluso en comparación con el gasto que genera un accidente cerebrovascular.
A medida que la salud del paciente se deteriora, porque la grasa se sigue acumulando en el hígado, la condición evoluciona a lo que se llama esteatohepatitis, que provoca complicaciones médicas, hospitalizaciones y complejos tratamientos tanto para tratar el ácido graso, como otras afecciones que se manifiestan, o empeoran, a causa de este diagnóstico.
En los Estados Unidos se gastan al año $32 mil millones en el tratamiento del hígado graso no alcohólico. El costo que genera la atención de los ataques cerebrales en el mismo período es $34 millones.
Los investigadores de Intermountain Medical Center, en Salt Lake City, Utah, analizaron a 4,569 pacientes con diagnóstico de hígado graso no alcohólico, a lo largo de una década, documentando la evolución de la condición y cada gasto médico. Se lo comparó con un grupo de 12,486 pacientes con hígados saludables.
El análisis se extrapoló a las estadísticas nacionales, de donde surgió la sideral cifra de $32 mil millones. "Los precios de la atención de salud están escalando, y lo comprobamos con una enfermedad poco frecuente en los 80, y que ahora tiene escala epidémica y que incrementará aún más los costos en los próximos años", dijo el doctor Richard Gilroy, director del programa de enfermedades y transplante hepático en Intermountain.
Gilroy vaticinó que, si no se educa a las personas para prevenir el hígado graso no alcohólico, lo que viene es un tsunami de casos y costos capaces de desestabilizar al sistema de salud.
Fuentes: Intermountain Medical Center, CDC, The Liver Foundation.