Cuando ya se pensaba que el campo de la fertilización asistida no iba a dar más sorpresas, Daljinder Kaur, de 70 años, dio a luz a Arman, un saludable varón. Lo logró luego de dos años de tratamientos de fertilización in vitro en una clínica de Amritsar, en el estado de Haryana, en el norte de la India (en la foto abajo, regresando de un control médico con su bebé).
Lo curioso es que Daljinder no sabe su edad con exactitud porque nunca tuvo un certificado de nacimiento (algo que no es atípico en las mujeres de su país). El doctor que la atendió, Anurag Bishnoi, experto en embriología y dueño del National Fertility & Test Tube Baby Center, dice que podría tener 72.
Arman nació de 4.4 libras (2 kilos) y es sano.
Daljinder no es la mujer más vieja del mundo en parir. El mismo doctor Bishnoi realizó antes otras exitosas fertilizaciones in vitro en mujeres post menopáusicas.
En 2008, otra mujer de 70 años se convirtió mamá primeriza al tener una beba. Otra tuvo trillizos a los 66.
Para el pensamiento occidental, para la comunidad médica, estas prácticas rozan la aberración. Sin embargo, para la sociedad en la que nació Daljinder, ser madre aún a edad tardía es una suerte de reivindicación.
Incapaces de concebir, ella y su marido, Gill, decidieron adoptar a un niño en los años 80, pero el joven vino a estudiar a Estados Unidos y jamás regresó. Al no poder ser padres biológicos, su esposo perdió durante décadas el derecho a recibir tierras de su padre, por lo cual tuvo que demandarlo en una corte.
No ser padres, asegura Daljinder, es otra forma de ser un paria en las zonas de la India alejadas de los grandes centros urbanos.
En Estados Unidos, y en gran parte del mundo, el debate sobre la edad límite para ser madre siempre está vigente.
Un artículo publicado en la revista Maturitas, de la Sociedad Europea de Menopausia & Andropausia, destaca los riesgos de salud, tanto para el bebé como para la madre añosa. Pasados los 40, el riesgo de problemas de orden genético como el sindrome de down, pasan de ser de 1 en miles a 1 en 40.
El organismo de la mamá mayor, indica el artículo, tampoco está preparado para soportar la enorme "exigencia" de un feto, desde el intercambio nutricional hasta el sobrepeso que implica portarlo. En el caso de Daljinder, el doctor Bishnoi explicó que fue monitoreada minuto a minuto, para garantizar una buena evolución del embarazo.
En el artículo de Maturitas, llamado "La ética del IVF después de los 40", su autora, la doctora noruega Anna Smajdor, presenta los riesgos de salud, y hasta económicos, de las madres que eligen serlo en el otoño de la vida, pero a la vez asegura no estar de acuerdo con castigar o penalizar el deseo de la maternidad.
La American Society for Reproductive Medicine explica que la Fertilización in Vitro (FIV) se realiza uniendo óvulos y espermatozoides en laboratorio, de los que fertilizan, algunos se implantan en el útero, para que se desarrollen. Se pueden utilizar óvulos de la misma madre o donados.
En 2007, Frieda Birnbaum, entonces de 60 años, se convirtió en la mamá de más edad de Estados Unidos, al dar a luz a los mellizos Josh y Jarrett, luego de un tratamiento de fertilización asistida.
En 2014, la estadounidense Belinda Slaughter, en ese momento de 46 años, se convirtió en la mamá más grande en Estados Unidos en concebir y dar a luz (un varón) con un embrión creado con sus propios óvulos y el esperma de su esposo. El procedimiento se realizó en la clínica Fertility Care de Orlando, Florida, y se documentó en la revista Fertility and Sterility, de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva.
De acuerdo con el National Vital Statistics Report de 2015, en 2013 hubo 677 nacimientos de madres mayores de 50 años en Estados Unidos.
En el caso de Daljinder, cuando ella alcance los 80 su niño todavía estará en la escuela primaria. Y a pesar de tener buena salud, tal vez sea una mamá que necesite de asistencia para realizar sus tareas diarias, para moverse, cambiarse o comer antes de que Arman alcance la adolescencia.