Para bajar de peso muchas veces hay que hacer ciertos sacrificios como dejar de lado los postres y las comidas ricas en calorías. Pero hay procedimientos para perder las libras de más que implican sufrimiento físico y se terminan convirtiendo en una tortura que también atentan contra la salud.
El nuevo método para bajar de peso que hoy es muy popular en México, Colombia y Venezuela se trata de la “malla adelgazante lingual”. Consiste en una especie de gasa rígida que se cose o se adhiere a la parte superior de la lengua. Al masticar, la malla se desplaza y tironea del músculo de la lengua causando un dolor que parece ser insoportable.
Cuando los usuarios recuerdan el malestar que sienten al comer, solo optan por líquidos para alimentarse. Por eso quienes la patrocinan, en especial desde sitios de Internet, dicen que se trata de una barrera física y también psicológica para bajar de peso.
Este método ilegal y peligroso tiene en alerta a las autoridades sanitarias. La malla tiene un precio de $320 dólares, llegó a México en 2014 y ya se hizo muy popular en varias ciudades. Cuenta con cuatro puntos magnéticos que según informan, "generan impulsos a nivel cerebral bloqueando el centro de la ansiedad".
El dispositivo se coloca mediante un procedimiento no quirúrgico con anestesia local, pero tiene un mínimo riesgo de infección. Está indicado para pacientes a partir de 12 a 75 años de edad con diagnostico de obesidad.
Promete ayudar a bajar entre 13 y 26 libras (6 y 12 kg) en un mes, asegurando una disminución de la cintura y cadera, menor capacidad gástrica y tejido adiposo visceral. El tratamiento dura 1 mes pero se puede optar por aplicarlo nuevamente tras una semana de descanso y se debe combinar con ejercicio y un plan nutricional que consiste en una dieta líquida “supervisada por especialistas".
En un artículo publicado por el diario español El País, Álvaro Pérez Vega, comisionado de la Operación Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) explicó que esta malla no es un procedimiento científico, no está avalado ni verificado. Y también señalò: “No sigue ningún protocolo de investigación garantizado por ninguna autoridad sanitaria del mundo".
El funcionario advirtió que su efectividad no está comprobada y pone en peligro la salud del paciente, ya que afecta el aparato digestivo,. Puede provocar una descompensación, anemia, mareo, vómitos, dolor intestinal y de cabeza, desmayos e incluso necesidad de internación hospitalaria por falta de nutrientes.