¡El 2018 ya está entre nosotros! Generalmente, durante estos primeros días del nuevo año estamos muy motivados para fijarnos nuevos objetivos y propósitos saludables. Pero.... es probable también que ese ímpetu empiece a decaer a medida que transcurren los meses y que nuestras resoluciones queden en el camino. ¿Ya te ha sucedido antes? ¿Qué puedes hacer para que este año sea distinto?
Los expertos en salud señalan que esto ocurre porque la mayoría de los objetivos que nos planteamos son demasiado pesados para volverse realidad una vez que la euforia de las primeras semanas se ha desvanecido. El truco, agregan, es dividir las metas en pasos más pequeños y factibles. Por ejemplo, ¿quieres comer más sano? Comienza por limpiar el refrigerador y comprométete con una comida casera al día.
Puedes empezar con un plan máximo de tres pequeños cambios saludables este año, de esta forma, estarás motivado para seguir adelante, en lugar de sentirte empantanado por el peso de los objetivos que te has marcado.
1. Ejercitación
Las membrecías de los gimnasios suelen aumentar en enero. Una de las resoluciones más comunes de Año Nuevo es la de hacer más ejercicio, pero a mediados de mes ya estás inventando excusas y evitando a tu entrenador. En cambio, puedes ser realista y comenzar el día con una pequeña rutina de entrenamiento en casa.
Sólo necesitas una colchoneta, un par de mancuernas y elegir un lugar de tu casa donde tengas espacio para moverte.
Además, resuelve elegir siempre las escaleras en lugar del ascensor para quemar calorías. Junto con una dietacontrolada, puedes comenzar a sentirte en forma y más saludable en aproximadamente dos meses.
2. Alimentación
La manera más fácil de comenzar a comer más saludable es botar del refrigerador y de las alacenas toda la comida chatarra, como galletas o papas fritas.
Otro truco es tener siempre caldo de verduras o pollo en casa. De esa manera, si sientes hambre puedes simplemente calentar el caldo, agregar verduras y disfrutar de un plato de sopa abundante.
¿Quieres comer menos? Comprométete a una comida casera al día. Una forma es utilizar los fines de semana para lavar, pelar, picar y hervir o cocer al vapor carnes o verduras y luego cocinarlo justo antes de comer.
3. Micro meditación
Trata de de meditar donde sea que estés, al menos tres veces por día. Puedes hacerlo casi cualquier lugar, mientras haces cualquier cosa. No necesitas encerrarte en una habitación, todo lo que necesitas son tres segundos de calma y puedes hacer lo que se llama micro-meditación.
Concéntrate en los músculos de tu cuerpo, cuáles están tensos y cuáles relajados. Cierra tus ojos. Haz tres respiraciones profundas y concéntrate en los sonidos y aromas de tu alrededor, así podrás relajarte, ayudar a calmar los nervios y aliviar el estrés. Incluso puedes intentarlo en medio de situaciones estresantes, como un atasco de tráfico, o simplemente hacerlo en tu escritorio.