Una prueba de orina recién diseñada mide los metabolitos derivados de los distintos alimentos que consumes y muestra en tan sólo cinco minutos la cantidad de grasas, azúcares, fibras y proteínas presentes en la dieta.
Muchas veces, la gente oculta o exagera los componentes de su plan alimentario frente al médico. Y como ellos no tienen forma de comprobarlo, confían en esos datos. Hasta ahora, no había otra forma rápida de saber si la dieta de una persona es realmente equilibrada, y qué cosas está comiendo de más. Pero un estudio realizado por investigadores del Colegio Imperial de Londres, en Reino Unido, podría haber hallado la forma de saberlo.
Ellos diseñaron una nueva prueba que arroja como resultado qué está comiendo realmente una persona, más allá de lo que declara. El test analiza en la orina la presencia de cientos de metabolitos derivados de los distintos alimentos.
A través de un estudio, publicado en la revista Lancet Diabetes & Endocrinology, científicos británicos presentaron un test de orina que cuantifica los marcadores biológicos de distintos alimentos como la carne roja, los vegetales, el pescado o la fruta y, en tan sólo cinco minutos, arroja la cantidad de grasas, azúcares, fibras y proteínas que realmente ingiere una persona.
Para diseñar la prueba, los científicos reclutaron a 19 adultos sanos que fueron seleccionados para seguir cuatro tipos de dietas –desde la más sana a la menos saludable- durante tres días. Luego analizaron la orina de cada uno, observando cómo los metabolitos presentes en las muestras eran muy diferentes según el tipo de dieta.
De este modo, según qué marcadores biológicos estaban presentes en la orina, los investigadores determinaron qué alimentos habían comido. O lo que es lo mismo, si la dieta era sana o no.
Después probaron el diseño del test en las muestras de orina tomadas a casi 300 adultos durante su participación en un estudio previo con dietas específicas. Así comprobaron que el test es capaz de identificar exactamente qué alimentación había seguido cada uno.
Según los autores del estudio, el nuevo test puede tener múltiples aplicaciones en el campo práctico de la salud: desde diseñar y controlar planes para la pérdida de peso, poder controlar a los pacientes que deben seguir una dieta estricta por eventos cardíacos u otros problemas, hasta para responder a quienes están preocupados por su dieta, acerca de si se están alimentando bien.
Lo que sigue es comprobar los resultados en estudios más amplios y de ser confirmados, la prueba podría estar disponible dentro de dos años en el mercado.
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