En los países del sur de Asia, la carne de perro es muy valorada y forma parte de la dieta regular. Se le atribuyen propiedades medicinales, cierto poder afrodisíaco y la capacidad de ayudar a tolerar las altas temperaturas del verano. Por todo ello, cada año en la región de Guangxi, al sur de China, se celebra el Festival de la Carne de Perro de Yulin,en coincidencia con el solsticio de verano.
En 2014, la feria fue rechazada en Internet por más de 100,000 personas. Este año, la organización Duo Duo de Bienestar Animal, impulsó una petición on line a través del portal change.org. Desde allí se juntan firmas que piden al gobernador Chen Wu, de la región autónoma de Guangxi Zhuang, que cancele el Festival de la Carne de Perro de Yulin que tendrá lugar el 22 de junio. La entidad con sede en California también sugiere a quien se solidarice con la causa, que envíe una carta con esta petición dirigida al embajador chino de su país.
Entre los argumentos esgrimidos por estos activistas, se denuncia que muchos de los perros que llegan a Yulin son robados de hogares donde se los tiene como mascota. Si bien no era algo habitual en China, tener perros o gatos en las casas es una costumbre cada vez más arraigada en los vecindarios de clase media. Un articulo publicado por The Economist estima que ya hay más de 30 millones de perros y gatos criados como mascota en los hogares chinos.
Otros perros que llegan allí son animales callejeros apresados, y también hay ejemplares robados de zonas rurales donde se utilizan como guardianes. Todos ellos se transportan hacinados y llegan enfermos o moribundos antes de ser sacrificados brutalmente para ser ofrecidos para el consumo humano. Se suelen colgar y apalear para ablandar la carne, hasta que el animal muere con gran sufrimiento. Luego son faenados a la vista del público (imagen abajo), para ser cocidos y servidos con el tradicional vino de lichi, una fruta típica de la región.
Duo Duo sostiene que esta feria es una costumbre cruel y un espectáculo violento, ya que se ven animales muertos clavados en estacas junto a otros vivos, hacinados en pequeñas jaulas esperando que les llegue su fin. También representa un peligro para la salud ya que se ignora el estado de salud de estos animales. Muchos llegan a la feria con su sistema inmune deteriorado, lo cual los vuelve más vulnerables a contraer rabia y otras enfermedades.
Según detalla Duo Duo en su petición, China es el país con más cantidad de casos de rabia en el mundo. Y en Yulin hubo 338 casos de personas muertas por esa enfermedad entre 2002 y 2006, aunque no se indica si fue por el consumo de carne de perros enfermos o por mordeduras de los mismos.
En China no hay regulaciones que alcancen la cría, matanza y comercialización de carne canina destinada al consumo humano. Por eso las prácticas caen dentro de una zona gris, donde es común el mercado negro, el robo de animales y las malas condiciones de higiene y salubridad.
El consumo de carne de perros enfermos puede afectar a los humanos, según se revela en un trabajo de 2014 del Departamento de Parasitología de la Universidad de Medicina de Henan, en China. En nueve provincias del noroeste del país, donde es muy habitual el consumo de carne de perro, se hallaron varios casos de triquinosis canina en humanos, tras haber consumido carne contaminada con larvas de triquinela. Las mismas son resistentes a las bajas temperaturas, e incluso persisten tras haber sido congelada la carne.
La carne de perro enfermo de rabia también puede ser letal para el consumo humano, tal como describe una investigación de 2012 de la Universidad de Calabar. en Nigeria. Así surgió tras analizar 10 casos de personas fallecidas de entre 3 y 53 años, luego de haber consumido o manipulado carne de perros callejeros enfermos de rabia.
Además de los peligros para la salud física, Duo Duo sugiere que el triste espectáculo ofrecido en las calles de Yulin puede afectar la salud mental de los más jóvenes, en especial los niños de edad escolar. Presenciar los violentos métodos de matanza de esta feria, con calles llenas de sangre, podría causarles algun tipo de alteración psicológica, señalan los activistas.
Junto con los países del sudeste asiático, hay otros lugares del planeta que comparten el hábito de comer carne de perro, como Nigeria, algunas colonias de Suiza y el Polo Norte y Sur. En México, tras su llegada a Tenochtitlán en 1519, Hernán Cortés reportó haber encontrado itzcuintlis, "unos pequeños perrillos que se criaban para alimento" que se vendían junto con otras comidas en los mercados callejeros de las ciudades. Por eso se cree que en la cultura tradicional mexicana los perros eran un alimento de consumo habitual, aunque lo más seguro es que se tratara de roedores, pero que tenía el aspecto de pequeños perros.