Sarah Turner es una inglesa de 27 años que no pasaba un solo día sin beber 135 onzas líquidas (4 litros) de Coca Cola. Tal cantidad de soda contenía casi una libra de azúcar, exactamente 424 gramos. Un día decidió cambiar de hábitos y logró perder más de 112 libras (50 kg), que representa casi la mitad de su peso.
La mujer de Birmingham, Inglaterra (imagen abajo), bajó 8 talles y hoy disfruta cuando sale a comprar ropa nueva, algo que antes no hacía casi nunca. Además de dejar las sodas azucaradas comenzó una dieta que le permite comer papas, frijoles asados ¡y sodas sin azúcar! Estas últimas tal vez la ayuden a no extrañar tanto su vida anterior.
A raíz de la historia de Sarah, un vocero de Coca-Cola de Inglaterra comunicó que la empresa también ofrece bebidas con menos azúcar o directamente sin ella. Y que sus productos se pueden consumir si se sigue una dieta balanceada y un estilo de vida saludable.
Aunque los fabricantes de este tipo de bebidas se esfuercen en hacer ver que sus productos no son “malditos”, cada vez hay más estudios que demuestran que no son los más recomendables para quien quiere llevar un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada.
Una investigación reciente tuvo lugar en Japón con 800,000 participantes donde se les evaluó el riesgo cardíaco provocado a raíz del consumo de sodas. Se halló que cuanto más dinero gasta la gente en bebidas gaseosas, más propensa es a sufrir ataques al corazón por fallas cardiacas. Keijiro Saku, autor del estudio y profesor de cardiología en la Universidad Fukuoka, sostiene que lo nocivo en este tipo de bebidas podría ser el ácido que contienen.
Estos resultados fueron presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, y revelaron que consumir otro tipo de bebidas, como té verde o negro, café, cacao, jugo de frutas y vegetales, bebidas a base de leche fermentada, leche y agua mineral, no se vinculan con el mismo riesgo que las sodas.
Otros estudios, como el publicado en el journal Circulation de la Universidad de Tufts, demuestran que el consumo habitual de sodas azucaradas atenta contra la cintura y aumenta el riesgo de muerte, diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.
A raíz de estas investigaciones y las consecuencias del consumo de sodas azucaradas que se conocen a diario, Coca Cola intenta justificar la comercialización de su producto. Para minimizar los efectos perjudiciales de estas bebidas, aduce que es lo que causa obesidad es la falta de ejercicio. La guerra continúa, y el tiempo dirá quién tiene la razón, aunque algo ya se puede vislumbrar.