La sal marina, la sal rosa del Himalaya y la flor de sal son cada día más populares en el universo gourmet, ya que se cree que tienen más minerales, más sabor y menos sodio. Estas propiedades serían más beneficiosas para la salud, y por eso es que se venden a un precio más elevado que las comunes.
Sin embargo, esto es solo un mito o una moda, ya que todas las variedades tienen la misma composición y características químicas. Un estudio del Reino Unido realizado por la entidad Consenso en la Acción sobre la Sal y la Salud(CASH) analizó varios tipos de sal y el contenido de sodio resultó ser idéntico en todas. Esta organización advierte a los consumidores que no se dejen engañar, porque la sal es sal, sin importar su precio y procedencia. Todas tienen igual cantidad de cloruro de sodio y se deben consumir con precaución.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos consuman diariamente no más de 2 gramos de sodio, que equivalen a una cucharadita de sal de mesa de 5 gramos. Esto ayuda a evitar fallas cardiacas, hipertensión y riesgo de accidentes cerebro-vasculares. Las personas con hipertensión, adultos, mayores y afroamericanos deben reducir su consumo a no más de 1,5 gramos diarios. A pesar de las advertencias, el estadounidense promedio ingiere de 2,9 a 4,3 gramos al día.
Algunos tipos de sal
La sal común o de mesa se obtiene de las salinas o depósitos de sal, y se refina para otorgarle esa textura fina y corrediza que conocemos. La sal negra es de origen volcánico, su textura es más bien un polvo y tiene menos poder de salar que la común. La sal de mina o de gema se encuentra en las rocas y tiene un 15% de impurezas.
La sal marina se obtiene por la evaporación del agua de mar, y en general se comercializa sin procesar. Sobre la superficie del agua de mar se forma una fina capa que se conoce como flor de sal, que se cosecha a mano con unas varas provistas de una fina malla.
La sal rosada del Himalaya proviene de una mina ubicada en esta zona montañosa de Asia. Tiene una concentración de minerales que le da su característico color. y se presenta en gránulos que se muelen al momento de usarla.
Hay otro tipo de sal reducida en sodio y más alta en potasio, que es más saludable, aunque algunos consumidores le encuentran sabor metálico. De todos modos, su consumo debe ser restringido entre personas diabéticas o con problemas renales.
También el mercado ofrece sales de apio o de ajo, que no es más que sal común con el agregado de pequeñas cantidades de estos vegetales disecados, para darle sabor. Pero también contienen sodio y por eso deben consumirse con precaución.