La doctora Mónica Katz, especialista en nutrición y coordinadora del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición, informa que beber dos vasos de agua fría aumenta en un 30% el gasto calórico basal del cuerpo. Esto ocurre por la necesidad del organismo de calentar esta agua, hasta llevarla a los 98.6ºF (37ºC), que es su temperatura habitual.
La dietista Andrea Tappe de la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas explica que por cada vaso de agua helada que se bebe, el cuerpo gasta 8 calorías para calentarla. No es mucho... pero la suma es lo que lo hace interesante.
Un estudio realizado por la Escuela de Ciencias de la Nutrición de Israel, y publicado en el Journal Internacional de Obesidad, demostró que beber agua helada elevó en un 25% el gasto energético en reposo en un grupo de 21 niños con sobrepeso. Esta reacción aumenta la quema de calorías, que contribuye a la baja de peso.
Además del poder del agua fría, Katz recuerda que con solo beber dos litros de agua natural por día, ya se queman 100 calorías. Y hay estudios que demuestran que dos vasos de líquido en 20 y 30 minutos antes de comer, ayudan a aumentar la sensación de saciedad.
La experta recomienda beber dos tazas de agua, media hora antes de las cuatro comidas principales para lograr más saciedad. Y beber 1 1/2 litros de agua por día en invierno, y entre 2 y 3 en verano.
Katz también informa que consumir bebidas gasificada también puede ayudar a controlar el peso, ya que al contener dióxido de carbono (CO2), son levemente ácidas. Esta propiedad hace más lento el vaciado gástrico y eleva la sensación de saciedad, que contribuye a comer menos.