India Edmonds es una joven de 17 años que vive en Brighton, Inglaterra, y autora de un video de YouTube (ver abajo)donde relata el sufrimiento que le provocó la anorexia. Desde siempre se sintió incómoda con su peso, y hasta solía ser burlada por sus compañeros de clase a causa de sus piernas “cortas y gordas”. Por eso empezó a buscar fotos de chicas ultradelgadas en cuentas de Instagram que dan consejos sobre cómo dejar de comer para bajar de peso.
Como India, que sufría enormemente al compararse con Cara Delevingne y Alexa Chung, hay varias adolescentes e incluso niñas desde los 10 años cultoras de la siniestra moda llamada “thinspiration”. A través de las redes sociales las jóvenes comparten secretos para bajar de peso, tomar purgas y someterse a salvajes dietas durante días, sin que sus padres lo noten.
La joven Edmonds comenzó a los 14 cuando abrió su cuenta de Instagram y de allí recibió inspiración al ver jóvenes ultradelgadas a las que se quiso parecer. Según declaró a Mirror Online, en la escuela todos tienen una cuenta de Instagram, pero en las fotos las otras chicas siempre le parecían más lindas y delgadas que ella, que en aquel tiempo pesaba 126 libras (57 kg) y vivía obsesionada con las fotos retocadas de las supermodelos.
“Me encantaba el hueco que se les forma entre los muslos; me acuerdo que al usar shorts, la parte superior de los muslos se frotaban entre si y sentí mucho odio. Yo nunca subía mis fotos porque me sentía avergonzada de mi imagen, y aunque me sacaba unas 15 selfies al día, las guardaba en un archivo personal", relata la estudiante.
Un día empezó a eliminar comidas hasta llegar a consumir solo tres porciones de gelatina al día y un pocillo de jugo de toronja. Además hizo un exigente plan de ejercicio de tres horas en el gimnasio y la piscina. Luego de seis meses de dieta y con los consejos de otras chicas de Instagram, su peso había lllegado a solo 84 libras (38 kg).
La drástica pérdida de peso le causó una descompensación: se desmayó y tuvieron que que llevarla al hospital Allí pasó 7 meses, se veía moribunda y casi como un esqueleto pero no sabía que era anoréxica y cuando miraba sus selfies se veía bonita. La empezaron a alimentar a través de un tubo, consumía unas 800 calorías diarias y empezó a recuperar algo de peso.
Sin embargo, cuando iba al baño seguía haciendo ejercicio y le encantaba sacar fotos de su espalda huesuda y del hueco que había ahora entre sus muslos. Recibió cientos de mensajes de felicitación en su cuenta de Instagram, donde varias niñas le decían que querían ser como ella. Hoy a los 17 ya está en plena recuperación, pesa 105 libras (47 kg) y aunque a veces tiene que luchar con algunos "demonios" que la hacen ver gorda, sabe todo lo que perdió y todo lo que tiene para ganar.
Ya recuperó a su familia, sus amigos y su novio, y está dispuesta a no dejarse vencer por esta terrible enfermedad. “Todos somos luchadores, no perderé la batalla contra la anorexia”, asegura. Y advierte "estamos contigo" a todos los que estén pasando por la misma situación
¿Qué opina Instagram de esta práctica?
En Instagram los usuarios pueden reportar cuando hay imágenes perturbadoras y un equipo las analiza. Un vocero de la empresa declaró que no se alientan los desórdenes alimentarios, y resaltó que hay que crear conciencia sobre el peligro que estos implican. De todos modos, advierte que las publicaciones que atenten contra la integridad física de los usuarios serán sacadas de la cuenta sin previo aviso.