Casi cerca de los 46, la cantante está mejor que nunca, tal como se pudo comprobar a mediados de enero en una presentación del canal Fox en California.
Pero además de deslumbrar con su cintura pequeña y su vientre chato, el centro de las miradas fue su rosto, y muchos comentaron que se ve más fresco que nunca… y hasta que sus facciones están algo cambiadas. Cualquiera podría suponer que ha pasado por el bisturí… pero su estado físico es envidiable y aún no hay una cirugía tan efectiva que logre esos resultados.
La actriz y bailarina entrenó durante más de 10 años con el preparador físico de los famosos, Gunnar Peterson. Pero hace un tiempo pasó a formar parte de los alumnos de Tracy Anderson, que también es responsable del físico de celebridades como Gwyneth Paltrow, Courntey Cox, Kim Kardashian, Victoria Beckham y en otros tiempos, Madonna.
Jennifer sabe mejor que nadie que además de verse bella tiene que estar entrenada para poder soportar el desgaste a que la exponen sus shows. Y considera que cualquiera que compre su entrada y pase horas esperando en una fila para verla, tiene que recibir de ella lo mejor.
Según reveló la propia Tracy Anderson a la revista Allure, su alumna tiene un cuerpo naturalmente sexy y lleno de curvas, y no buscan modificarlo sino que todo esté “firme y en su lugar”. Para ello sigue una rutina de 90 minutos diarios que incluye entre 9 y 13 ejercicios que se modifican cada 10 días. Así se evita que los músculos se acostumbren a los ejercicios ya que según Anderson, necesitan ser “desafiados y exigidos” para maximizar los resultados.
Jennifer entrena todos los días, y los primeros 30 minutos realiza actividad cardiovascular, que consiste en un trabajo aeróbico de alta intensidad a base de danza. Después hace ejercicios de resistencia para fortalecer y tonificar los músculos, con muchas repeticiones utilizando el peso del cuerpo.
En ocasiones usa pesas livianas de no más de 3 libras (1,300 kg). Según Anderson, las mujeres con los músculos marcados se ven bien a los 20 y a los 30, pero no lucen en las mujeres de más edad. Esto contradice la opinión de varios expertos, que sostienen que con el tiempo la mujer pierde masa muscular y la tiene que recuperar haciendo pesas con carga relativamente alta.
El secreto de su éxito, además de una buena genética que la dotaron de un generoso “butty”, es que se esfuerza para estar en forma. Por donde se la mire se la ve con un físico torneado y juvenil, con envidiables abdominales chatos y casi de piedra (foto abajo). Va al gimnasio aun cuando no tenga ganas, dice que se obliga a ir. Cuando vuelve, se ducha, se viste, se maquilla apenas, y ya se siente bien y llena de energía.
A la hora de comer, la artista sigue una dieta variada de 1,200 a 1,400 calorías diarias, que incluye salmón, pollo, carnes, alimentos derivados de la soja, carbohidratos, algunas veces hamburguesas ¡y hasta moras con chocolate amargo! No consume ni sal ni azúcar, y mucho menos tabaco y alcohol. Y trata de domir 8 horas diarias, y siempre que puede, evita las fiestas.
Su principal secreto es que controla el tamaño de las porciones. “Muchas veces veo chicas flacas y tristes en la portada de las revistas, y parecen necesitar que alguien les de algo rico para comer”, reflexiona la actriz. Por lo que está a la vista, su receta parece ser la adecuada ya que se la ve muy en forma y con una gran sonrisa.
Según declaro a la revista Elle de Canadá, hay días en los que no tiene ganas de esforzarse. Entonces hace afirmaciones para tener buena salud y logar un pensamiento positivo que le permita enforcar su mente para poder enfrentar lo que sea que le toque.