Después de cuatro días de vivir con $1,38 dólares por comida, Gwyneth Paltrow se cansó de pasar hambre y rompió el compromiso asumido con el programa del Banco de Comida de Nueva York. La actriz debía vivir con $29 dólares por semana, pero salió a comprar pollo y vegetales frescos para reforzar su menú.
Desde su blog GOOP confiesa que todo ocurrió como lo había sospechado: es difícil acceder a comidas nutritivas con ese presupuesto. Sin embargo, reflexiona, hay 47 millones de estadounidenses que tienen que arreglarse con eso cada día, semana o año.
El desafío que trató de cumplir la actriz de “Shakespeare apasionado” fue lanzado por el Banco de Comida de Nueva York, que invitó a varios famosos a participar. Convencida de que podría lograrlo, la actriz de 42 años fue al supermercado y publicó por Twitter la foto de los productos que adquirió.
Gwyneth comentó que el presupuesto era acotado, sobre todo si se tiene en cuenta que con ese importe se tienen que arreglar quienes dependen del SNAP (Supplemental Nutrition Assistance Program), el plan federal para asistir en la nutrición de los que menos tienen.
Paltrow compró una docena de huevos, una planta de acelga y otra de lechuga, un aguacate, una cebolla, un tomate, un choclo, limones, una cabeza de ajo, una batata, un pimiento, un paquete de frijoles negros, uno de arroz integral y otro de arvejas secas. También cilantro, un puerro y un paquete de tortillas de maíz. Según los cálculos, el presupuesto otorgado por el SNAP permite un gasto de hasta $1,38 dólares por comida.
Mario Batali, chef y uno de los directores de la entidad, explica que la propuesta busca ponerse en los zapatos de otro durante una semana. Al entender cómo es comer con un presupuesto acotado se podrán buscar mejores soluciones. En Nueva York hay 1,7 millones de habitantes que dependen del SNAP, y la cifra asciende a 46,3 millones de personas en todo el país.
Quienes se quieran sumar a la campaña pueden utilizar cupones de descuento pero no recibir donaciones de comida de conocidos; tampoco se puede usar la comida que ya se tiene en casa a excepción de algunos condimentos simples.
La propuesta sugiere publicar una foto con lo que se compró, lo que se preparó, si se sintió hambre o si se pasó mucho tiempo pensando en la comida. E invita a sumar amigos y conocidos al desafío para valorar más la comida y cambiar la forma de pensar.