En EE.UU., 29.1 millones de personas o el 9.3 % de la población tiene diabetes. Mientras que 21 millones de personas están diagnosticadas, hay 8.1 millones que no lo están y por lo tanto, no reciben tratamiento, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Esta enfermedad crónica obliga a quienes la padecen, a someterse a pinchazos diarios con una dosis de insulina, o bien a tomar fármacos para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Pero ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Duke creó una nueva inyección que puede ser el fin de muchas molestias para los diabéticos: consiste en un nuevo fármaco de liberación de insulina que regula los niveles de glucosa en sangre durante un periodo de más de ocho semanas, según sus estimaciones.
El estudio, publicado en Nature Biomedical Engineering, describe cómo diseñaron una tecnología que fusiona el péptido GLP1 con un polipéptido tipo elastina (ELP) sensible al calor que forma una solución que puede ser inoculada en la piel con una jeringa regular.
Una vez inyectado, este compuesto reacciona con el calor corporal para formar un gel biodegradable que, poco a poco, va liberando el fármaco que controla los niveles de azúcar en sangre.
La droga funciona muy bien. Los experimentos llevados a cabo con modelos animales han demostrado que esta nueva terapia facilita el control de la glucosa con una duración que triplica a la que se logra con los tratamientos regulares, ya que el fármaco se libera lenta y constantemente.
¿Adiós a los pinchazos diarios?
Es un gran hallazgo para quienes padecen de diabetes. “Si bien llevamos años persiguiendo este método, no ha sido hasta que hemos modificado el diseño del biopolímero a nivel molecular cuando hemos logrado maximizar la duración de la liberación del fármaco con una única inyección. El resultado es que hemos logrado triplicar la duración de este fármaco de corta acción para la diabetes tipo 2” dijo a ABC Ashutosh Chilkoti, director de la investigación.
“Al limitar el número de inyecciones requeridas para lograr el control de los niveles de glucosa, esperamos que nuestra nueva herramienta mejore las opciones terapéuticas para esta enfermedad” agregó Chilkoti.
La nueva droga tiene además otras ventajas: es de bajo costo y según los investigadores, es posible que este sistema de liberación controlada de fármacos pueda ser empleado en otras enfermedades. Ahora, los científicos están planificando poner en marcha un estudio para probar su eficacia en el tratamiento del dolor, por ejemplo.
La diabetes se produce cuando los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que se consumen. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa ingrese a las células para suministrarles energía.
En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina. En la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre.