Una mala circulación sanguínea puede causar dolores en pies y piernas, cansancio, marcas en la piel e incluso desencadenar enfermedades vasculares. Cuando nuestro sistema circulatorio se ve afectado puede dar lugar a enfermedades vasculares, como accidentes cerebrovasculares, aneurisma, ateroesclerosis, o coágulos sanguíneos, entre otros.
Conoce aquí cómo identificar los problemas de circulación y qué hacer para mejorar el flujo sanguíneo en las piernas.
El sistema vascular está compuesto por una red de vasos sanguíneos, que incluye:
- Venas: conducen la sangre desde los capilares hasta el corazón.
- Arterias: transportan sangre rica en oxígeno desde el corazón a los órganos y tejidos.
- Capilares: conectan las arterias y venas pequeñas, y, gracias a sus delgadas paredes, permiten el intercambio de sustancias entre los tejidos y la sangre.
El origen de la mala circulación suele ser desconocido, sin embargo, los expertos explican que existen diferentes causas comunes:
- Antecedentes familiares.
- Fumar.
- Genética.
- Padecer enfermedades cardiovasculares, infecciones, o lesiones.
- Ser mayor de edad.
- Ser sedentario.
- Sufrir afecciones que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos.
- Estar embarazada.
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Temporadas de mucho calor. Por ejemplo, en verano puede profundizarse la mala circulación ya que las altas temperaturas provocan la dilatación de las paredes de las venas.
- Tomar ciertos medicamentos, como las hormonas.
¿Cómo saber si tengo una mala circulación?
Es posible que el flujo sanguíneo se vea afectado en las piernas si experimentas alguno de los siguientes síntomas:
- Calor o frío en la zona.
- Calambres.
- Dolor.
- Entumecimiento.
- Hinchazón.
- Hormigueo.
- Picazón.
- Punzadas.
Si padeces alguna de esas señales que indican mala circulación, deberás consultar a un profesional cuanto antes, para que realice un diagnostico y determine cuál es la causa de ese problema y qué tratamientos son adecuados para tu situación.