Una empresa de cirujanos plásticos decidió abrir un negocio en Queens y promocionar sus operaciones de aumento de senos a través de carteles en el transporte público de Nueva York. Los anuncios fueron bien elocuentes, con el torso de una mujer de busto prominente, tamaño al que se podría acceder por un precio de $3,800 dólares. Otro retrata a una mujer triste sosteniendo dos pequeñas frutas a la altura de sus pechos, junto a otra sonriente que tiene, en cambio, un gran par de toronjas (imagen abajo).
El mensaje de una mujer triste por tener senos pequeños enojó a “Meridith”, una bloguera de New Jersey y eventual pasajera. Y publicó la imagen en su cuenta de Twitter, argumentando que estaba muy enojada con el aviso, ya que da un mensaje terrible a las mujeres y las niñas. La foto fue replicada por el diario Daily Mail, a quien Meridith autorizó, solo si se la usaba para resaltar el mensaje negativo que transmite. La publicación aprovechó para resaltar que, a juzgar por los anuncios que se ven en el subte, algunos vagones parecen un club de strippers.
La profusión de carteles controvertidos en los subtes llegó a oídos de la gobernación de Nueva York. Y Howard Glaser, hombre de confianza del gobernador Andrew Cuomo, envió una carta a la dirección de la Metropolitan Transportation Authority (MTA) que aúna a subtes, trenes y micros.
En la misma pidió que consideraran la presencia de este tipo de avisos en el transporte público, donde cada día viajan al colegio más de 10,000 niños. A su entender, los usuarios del transporte público tienen derecho a viajar en un entorno amigable con la familia. Cualquiera que haya estado con uni niño ante una imagen controvertida sabe a qué se refiere ¡ya que las preguntas incómodas son inevitables!
En un principio la MTA se quejó de que se estaba atentando contra la libertad de expresión, pero aceptó encargarse de los carteles controvertidos de los 1,000 vagones y 50 estaciones. Así, podrá mantener el entorno familiar en trenes, micros y subtes, aceptando la “sugerencia” de la gobernación.
No es la primera vez que la MTA tiene problemas con sus carteles, aunque en este caso fue por decir "no". Hace años tuvo un altercado tras rechazar un anuncio de tinte político-religioso. Tenía un mensaje pro-israelí que a su criterio, incluía palabras ofensivas hacia los musulmanes.
Decir "si" tampoco le da a esta entidad la certeza de terminar con los problemas. Hubo una campaña que causó mucho revuelo, que fue la de la marca de lencería Lane Bryant. Con el slogan “I’m no angel” (No soy un ángel), en clara alusión a las delgadas modelos de Victoria´s Secret, buscó valorizar el cuerpo de la mujer real. La publicidad gráfica incluyó mujeres curvilíneas en ropa interior, algunas de ellas bastante rellenitas.
La idea en general fue muy bien aceptada, excepto por algunas comunidades judías ortodoxas, que se sintieron ofendidas por las imágenes sensuales exhibidas en los vagones de subte. De hecho, en abril de 2015 realizaron un pedido a la MTA para que retirara los avisos del tren de la línea F, tras recibir quejas de varias familias de la comunidad.
La sucesiòn de incidentes llevò a la MTA a revisar las políticas a seguir con los carteles, y hoy prohíben, entre otras cosas, el material con sexo explicito o alusiones sexuales que puedan ser consideradas obscenas.
Un refrán español afirma: “El que se quema con leche, ve una vaca y llora”. Tal vez esto le esté pasando a la MTA, quien ahora objetó un aviso de Think, una marca de ropa interior femenina para mujeres con el período. Una de las imágenes muestra a una mujer junto a un huevo de gallina roto, que alude a los que no son fecundados y se expulsan durante la menstruación (imagen arriba). Otra exhibe media toronja pelada, que podría tener cierta alusión a una vagina.
La empresa Oufront Media, que tiene cargo la publicidad que se contrata en la MTA, alegó que el aviso es demasiado sexista para ser visto por los viajeros. Y que las imágenes son inapropiadas y sugerentes, además de controvertidas por contener la palabra “período”. Outfront no prohibió el aviso, pero tampoco lo autorizó, e incluso se ofreció para trabajar conjuntamente con Think para suavizar el mensaje.
Pero Miki Agrawal, cofundadora de la empresa de ropa interior, no considera sexista el anuncio, ni acepta modificar las imágenes. Esta firma que utiliza tejidos ultra-absorbentes promueve el mensaje de que el período no debe ser una cuestión de silencio o vergüenza. Por eso se niega a quitar la palabra tabú que tanto preocupa a la empresa publicitaria.
Lo curioso de las decisiones de MTA y Outfront Media es que una toronja resultó ser "políticamente correcta" en el anuncio de los cirujanos plásticos... e inadmisible en el de ropa interior. Los criterios a veces puede ser ambiguos y es difícil mantener cierta coherencia. ¿Habrá sido el llamado de atención del gobernador lo que los volvió más cuidadosos?
Después de todo. solo se trata de una fruta. Una toronja es una toronja y una banana es una banana. ¿O no es así? Recurriendo nuevamente a la sabiduría española, en este caso al poeta Campoamor: “Todo es según el color del cristal con que se mira”.