Los escáneres de las IRM de casi 100 personas (incluyendo a algunas a las que se había diagnosticado psicosis) asociaron el uso frecuente de marihuana "skunk" ("mofeta") con daños en el cuerpo calloso, la estructura formada por sustancia blanca más grande del cerebro.
"Descubrimos que el uso frecuente de cannabis de gran potencia afecta de forma significativa a la estructura de las fibras de la sustancia blanca del cerebro, tanto si se tiene psicosis como si no", dijo la investigadora principal, la Dra. Paola Dazzan, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del Colegio del Rey de Londres.
Además, su equipo afirmó que el daño parece depender de la dosis. "Esto refleja una escala variable en la que cuanto más cannabis se fuma y mayor sea la potencia, mayor será el daño y los trastornos de comportamiento", comentó Dazzan en un comunicado de prensa del colegio.
Se trata de información vital, ya que la potencia de la marihuana de la calle ha aumentado en la última década, dijeron los autores del estudio.
Pero las reacciones a los hallazgos en Estados Unidos fueron encontradas.
El Dr. Scott Krakower, jefe de la unidad de psiquiatría del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York, se mostró de acuerdo en que el estudio "respalda la idea de que consumir marihuana de gran potencia puede ser perjudicial".
¿Cuál es la conclusión? "Las personas deberían ser conscientes de que usar este agente no es algo benigno, y que se producen cambios en el cerebro", comentó.
Pero los defensores de la marihuana dijeron que el estudio contaba con limitaciones.
El daño observado por los investigadores parece ser muy pequeño, de un "cambio del 2 por ciento en la estructura del cuerpo calloso", dijo Mitch Earleywine, jefe de NORML, un grupo que promueve la legalización de la marihuana.
Earleywine, que también es profesor de psicología en la Universidad Estatal de Nueva York, en Albany, añadió que los investigadores no midieron la memoria o la función cerebral de los participantes del estudio. "De modo que no tenemos ni idea de si esto tuvo algún impacto en algo que importe, como la memoria o la impulsividad o los síntomas depresivos", dijo.
Para realizar este estudio, los investigadores usaron IRM para examinar la sustancia blanca de los cerebros de 56 pacientes a los que se había diagnosticado psicosis, además de 43 personas sanas del sureste de Londres.
Los investigadores examinaron de forma específica el cuerpo calloso, un área del cerebro particularmente rica en receptores que responden al THC, la sustancia de la marihuana que produce la intoxicación.
También preguntaron a los participantes sobre su consumo de la droga, incluyendo la potencia de la marihuana que normalmente usaban.
Los investigadores afirmaron que estaban particularmente interesados en la marihuana "skunk", dado que hay estudios anteriores que han mostrado que induce síntomas psicóticos, o una ruptura con la realidad.
"Skunk" es un término coloquial británico para referirse a la marihuana que tiene un olor muy potente y por tanto se da por hecho que tiene una potencia mayor, dijo Paul Armentano, subdirector de NORML.
El estudio halló que el uso frecuente del cannabis con una gran potencia se asoció con una difusividad media (un marcador del daño en la estructura de la sustancia blanca) significativamente mayor en el cuerpo calloso.
Pero Earleywine se preguntó por qué los investigadores no observaron el hipocampo o las áreas asociadas con la memoria, que son las áreas cerebrales que tienen en cuenta la mayoría de los estudios sobre la marihuana.
El cuerpo calloso "es una zona del cerebro que normalmente se centra en la comunicación entre los hemisferios, o en tareas como encontrar las palabras para expresar las emociones o que la mano derecha sepa lo que está haciendo la izquierda", explicó, y añadió que el estudio no midió ninguna de estas funciones.
También pareció que los investigadores confiaron en la propia descripción de los participantes de su consumo de marihuana y de la potencia de la misma, señaló Armentano.
"Todo es bastante arbitrario y especulativo", dijo.
Sean Clarkin es director de estrategia y gestión de programas de Partnership for Drug-Free Kids. Afirmó que este estudio debería abrir la puerta a que se haga un "registro periódico" saludable del consumo de marihuana que hace una persona, para evitar que sea demasiado frecuente o que la marihuana sea cada vez más potente.
"Da algunas bases científicas para afirmar que debemos estar más vigilantes de lo que hemos estado, sobre todo con respecto a la progresión del consumo ocasional al habitual", dijo Clarkin.
El estudio aparece en una edición reciente en línea de la revista Psychological Medicine.
Más información
Para más información sobre la marihuana, visite losInstitutos Nacionales de la Salud de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com© Derechos de autor 2015, HealthDay