La investigación publicada en European Journal of Epidemiology, analizó los efectos del vino, en particular, y lo estudió sólo en mujeres. Los resultados muestran que el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 es inferior si la mujer comienza a beber vino a edad temprana.
La conclusión anterior es resultado de la evaluación de los datos de 66,485 mujeres de un estudio francés sobre salud y dieta obtenidos entre 1993 y 2007.
Se descubrió que las mujeres que consumían entre media copita a una copa de vino al día tenían una pequeña reducción en el riesgo de diabetes tipo 2. Pero además, cuando los investigadores aislaron el grupo de mujeres cuyo índice de masa corporal era de 25 o mayor, el consumo de 2 o más copas al día se encontró que el riesgo de padecer diabetes de tipo 2 era aún menor.
En un estudio paralelo, se observó que las mujeres que habían comenzado a beber moderadamente vino a una edad más joven, 20 años o incluso antes, registraban un riesgo menor de desarrollar diabetes tipo 2.
Una investigación anterior realizada por científicos de la Universidad de Massachusetts, en EE.UU., ya había observado que beber vino tinto regularía naturalmente el azúcar en sangre, el beneficio se debería a que los antioxidantes naturales contenidos en el vino reducen el paso de la glucosa a través del intestino hacia el torrente sanguíneo.
El resveratrol es el compuesto natural que se clasifica como polifenol (antioxidantes naturales) y se encuentra contenido en más de 70 especies de plantas entre las que se incluyen algunos frutos secos, la piel de las uvas y el vino tinto, de acuerdo con Natural Standard, una empresa de investigación internacional sobre medicina alternativa.
La temible diabetes
La diabetes se ha convertido en una epidemia que afecta a casi 350 millones de personas en todo el mundo según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se prevé que se convierta en la séptima causa de muerte en 2030 y el número de casos alcance los 552 millones, o un adulto de cada 10 en el mundo.
Según las estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés), unos 26 millones de personas en los Estados Unidos (hombres, mujeres y niños) han sido diagnosticados con diabetes y estima que 79 millones de adultos tienen pre diabetes, una afección que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.
Los CDC calculan que para el año 2050, si las tendencias actuales continúan, 1 de cada 3 adultos en los EE. UU. podrían sufrir de diabetes. La diabetes tipo 2, en la cual el organismo pierde en forma gradual la capacidad de producir y utilizar la insulina, representa entre el 90 y el 95% del total de los casos.
La diabetes es la séptima causa principal de muerte y puede provocar discapacidad permanente y mal estado de salud. Las personas con diabetes pueden sufrir numerosas complicaciones graves y mortales, como enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares, ceguera, enfermedad renal crónica y amputaciones.
El riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares es 2 a 4 veces más alto en las personas con diabetes. Los adultos con diabetes tienen tasas de mortalidad por enfermedades cardiacas aproximadamente 2 a 4 veces más altas que los adultos que no tienen diabetes.
La diabetes es la causa principal de nuevos casos de ceguera en adultos entre 20 a 74 años de edad.
La diabetes es también la causa principal de la insuficiencia renal y fue responsable del 44% de los casos nuevos en el 2008.
Más del 60% de las amputaciones de piernas y pies no relacionadas con accidentes y lesiones, fueron procedimientos realizados en personas con diabetes. En el 2006, estos casos llegaron a una cantidad de 65,700 amputaciones.
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