La investigación publicada en Procedings of the National Academy of Sciences, refiere que la Ins-PBA-F, desarrollada por investigadores de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, es un derivado de insulina de acción prolongada con un componente químico llamado ácido fenilborónico y actúa más rápido a la hora de disminuir los niveles de glucosa que la insulina de acción prolongada detimir (una versión artificial de la insulina humana de acción prolongada).
"Éste es un avance importante en la terapia de insulina", resaltó el profesor Danny Chou, co autor del trabajo, en información difundida por la institución académica. "Nuestro derivado de insulina parece controlar el azúcar en la sangre mejor que cualquier otra cosa disponible para pacientes con diabetes", añadió.
Las pruebas en ratones con diabetes del tipo 1 mostraron que una inyección puede "repetida y automáticamente hacer descender el nivel de azúcar en la sangre luego de que a los ratones se les haya suministrado una dosis de azúcar comparable con la que consumen a la hora de comer", destacó Chou.
La insulina “inteligente” imita la forma en que los cuerpos de ratones comunes volverían a niveles normales de azúcar en la sangre después de comer y se diferencia de otros tipos de insulina que usan barreras basadas en proteínas como geles o revestimientos que inhiben la insulina cuando el nivel de azúcar en la sangre es bajo.
La Ins-PBA-F fue diseñada para unirse a una proteína de la sangre, llamada albúmina, tan pronto como se inyecta y se libera o activa automáticamente cuando los niveles de azúcar en la sangre alcanzan cierto nivel, lo que a su vez permite disminuir la glucosa circulante.
"Esperamos que la insulina inteligente pueda reducir la carga para las personas con diabetes al disminuir la frecuencia de las inyecciones de insulina y ayudar a gestionar mejores perfiles de glucosa en la sangre para evitar complicaciones a corto y largo plazo", concluyó Chou.
Las primeras pruebas en humanos podrían comenzar en dos a cinco años, luego de que se realicen más pruebas de seguridad de largo plazo en animales de laboratorio.
Inyección de insulina
La inyección de insulina, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, se utiliza para controlar el azúcar en sangre en las personas que tienen diabetes tipo 1 (condición en la que el cuerpo no genera insulina y, por lo tanto, no puede controlar la cantidad de azúcar en la sangre) o en las personas que tienen diabetes tipo 2 (condición en la que el azúcar en sangre es demasiado alta porque el cuerpo no produce ni usa insulina normalmente) que no se puede controlar solo con medicamentos orales.
La inyección de insulina se usa para tomar el lugar de la insulina que normalmente produce el cuerpo. Funciona ayudando a mover el azúcar de la sangre hacia los otros tejidos del cuerpo en donde se usa para energía. También evita que el hígado produzca más azúcar. Todos los tipos de insulina que están disponibles funcionan de esta manera. Los tipos de insulina difieren únicamente en la rapidez con la que empiezan a funcionar y cuánto tiempo continúan controlando el azúcar en sangre.
Con el tiempo, las personas que tienen diabetes y azúcar alta en sangre pueden desarrollar complicaciones serias o mortales, incluyendo enfermedad del corazón, apoplejía, problemas renales, daño a los nervios y problemas de la vista. Usar medicamentos, realizar cambios al estilo de vida (por ejemplo, dieta, ejercicios, dejar de fumar) y verificar regularmente su azúcar en sangre puede ayudarle a controlar su diabetes y mejorar su salud. Esta terapia también puede reducir sus posibilidades de sufrir un infarto, apoplejía u otras complicaciones relacionadas con la diabetes como deficiencia renal, daño a los nervios (entumecimiento, piernas o pies fríos, disminución en la capacidad sexual en hombres y mujeres), problemas de la vista, incluyendo daños o pérdida de la vista o enfermedad de las encías.
Más para leer:
- 10 hierbas aliadas contra la diabetes
- 10 mitos comunes sobre la diabetes
- Cómo saber si tendrás diabetes