Cada vez hay más casos de autismo. La cifra de niños con este trastorno ya supera la estimación prevista y esto preocupa a las autoridades de salud.
El espectro de autismo incluye el autismo, la forma más severa, así como el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado (PDD-NOS).
Un relevamiento sobre la prevalencia del autismo en la infancia en EEUU halló que 1 de cada 50 niños en edad escolar tienen esta condición. Y que los varones tienen cuatro veces más de probabilidades de padecerla. Una cifra diferente a la estimada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés) que es de 1 de cada 88 niños.
Para elaborar el reporte, el Centro Nacional de Estadísticas de Salud realizó una encuesta entre 100 mil padres en todo el país con preguntas sobre sus hijos de entre 6 y 17 años.
Muchos expertos de salud creen que en realidad no se ha producido un aumento en los casos de autismo, sino que han mejorado los métodos de conteo.
El nuevo estudio encontró un mayor aumento entre los niños mayores con síntomas más leves del autismo, lo que sugiere que es probable que su enfermedad no se detecte hasta más tarde en la infancia.
Michael Rosanoff, director asociado de investigación de Autism Speaks, cree que las nuevas cifras reflejan una mayor conciencia de la condición en la última década, lo que lleva a diagnósticos más precisos.
Cómo detectarlo
El autismo es un trastorno neurobiológico del desarrollo muy complejo que dura toda la vida. A veces se lo clasifica como una discapacidad del desarrollo porque generalmente comienza antes de los tres años, en el período del desarrollo, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, su sigla en inglés).
Los síntomas más importantes son problemas de socialización, comunicación y puede caracterizarse por conductas repetitivas.
Los niños con autismo pueden tener problemas para hablar o establecer contacto visual con las personas cuando se les habla. Es posible que pasen mucho tiempo ordenando cosas antes de que puedan prestar atención o que tengan que decir la misma frase una y otra vez para calmarse. Estos niños parecieran estar en su “propio mundo”.