El 2 de abril es el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo y este año se centra en la importancia de empoderar a las mujeres y niñas con este trastorno para involucrarlas en las políticas y en la toma de decisiones que les permitan ejercer sus derechos y libertades fundamentales.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de discapacidades del desarrollo que pueden provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos.
Las causas exactas del autismo se desconocen y probablemente haya una combinación de factores que originan este trastorno ligado a una biología y una química anormales en el cerebro.
Alrededor del 1 por ciento de la población mundial tiene trastorno del espectro autista. En Estados Unidos, más de 3.5 millones de personas presentan algún aspecto de los trastornos del espectro autista, de acuerdo con la Autism Society of America.
Los TEA ocurren en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es 4.5 veces más frecuente en los niños que en las niñas. Sin embargo, para las mujeres y niñas con esta u otras discapacidades la educación y las posibilidades de empleo resultan más difíciles.
Además, las niñas son diagnosticadas con trastorno del espectro autista (TEA) más tarde que los niños, posiblemente porque ellas presentan síntomas menos graves, según un estudio presentado en la reunión anual de las Pediatric Academic Societies (PAS) en 2015.
Detección, ¿diferencias de género?
Los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable, sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son mucho más grandes.
La intervención temprana, apropiada e intensiva mejora en gran medida el pronóstico de la mayoría de los niños pequeños con TEA.
Un grupo de científicos del Instituto Kennedy Krieger en Baltimore se concentró en la tarea de estudiar las diferencias de género en la edad al momento del diagnóstico de los TEA y también a comparar la gravedad de los síntomas entre los niños y las niñas.
Según la investigación, las niñas se diagnosticaron con TEA a una edad promedio de los 4 años, frente a 3,8 años en los varones. Lo mismo ocurrió en las niñas con síndrome de Asperger: se diagnosticaron a una edad media de 7,6 años frente a 7,1 años de edad promedio para los varones.
Por otro lado, los investigadores encontraron diferencias en los síntomas. Las niñas tenían más problemas con la capacidad de interpretar el lenguaje social. Mientras tanto, los varones tenían gestos más graves, como conductas repetitivas (aleteo de manos) así como menos interés en las cosas en general.
Marginación
Según Naciones Unidas, las mujeres y niñas con discapacidades tienen menos probabilidades de completar la escuela primaria y más probabilidades de ser marginadas o se les niega el acceso a la educación. Además, tienen una tasa de empleo menor que los hombres con discapacidades y las mujeres sin discapacidad.
A nivel mundial, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir violencia física, sexual, psicológica y económica que los hombres, y las mujeres y niñas con discapacidad experimentan violencia de género a tasas desproporcionadamente más altas y en formas únicas debido a la discriminación y el estigma basados en ambos sexos y discapacidad.
Ante este contexto, la conmemoración de este año propone examinar y crear conciencia sobre los desafíos particulares que enfrentan las mujeres y las niñas con autismo en todo el mundo.