El preservativo o condón femenino es un método anticonceptivo de barrera que impide que los espermatozoides alcancen al óvulo para fecundarlo. Consiste en una delgada bolsa de látex o poliuretano que cubre el interior de la vagina y los genitales externos. Tiene dos anillos flexibles, uno para poder introducirlo y otro externo que cubre los labios genitales y el clítoris; de este modo también se evita que los testículos estén expuestos a contagiarse o contagiar enfermedades de transmisión sexual como el HIV y otras.
Tiene un espesor de 1/2 milímetros, mide unos 17 centímetros de largo con un diámetro entre 8 y 13 cm en los anillos, pero estos datos pueden variar según los diferentes modelos. Se puede complementar con cualquier tipo de lubricantes sin afectar su efectividad.
Puntos clave
- Es similar al preservativo masculino, aunque tiene un costo más elevado.
- Se trata de una una delgada bolsa de látex o poliuretano que cubre el interior de la vagina y los genitales externos.
- Protege contra las enfermedades de trasmisión sexual
Ventajas
Según estudios publicados por el Family Health International (FHI) las ventajas de este tipo de preservativo es que la mujer es quien lleva el control. Esto aumenta el grado de aceptación entre los hombres, que además no ven reducida su sensibilidad como en el caso del condón masculino. Ofrece también la ventaja de que se puede colocar antes de comenzar la actividad sexual y por ende no provoca interferencias, y también están hechos con un material más resistente que los condones masculinos.
Como precaución, no se debe combinar con el uso del condón masculino, y en el caso de querer aumentar su efectividad se debe complementar con un gel espermicida.
Desventajas
Entre las desventajas cabe mencionar que tiene un costo más elevado que el profiláctico masculino, no es muy agradable estéticamente debido a su tamaño y en un principio puede presentar complicaciones para aprender a colocarlo. Otra de las dificultades, según algunos testimonios de parejas, es que puede llegar a desplazarse o moverse durante la relación sexual, y esto en ocasiones puede llegar a resultar un poco molesto.
En general son muchas parejas desconocen la existencia y el uso de este tipo de método y por eso no tiene gran popularidad. Sin embargo, se está haciendo mucha difusión y se están llevando a cabo diversas investigaciones, incluso para llegar a diseñar un dispositivo que se pueda utilizar varias veces.