El Alzhéimer es una forma común de demencia, suele comenzar después de los 60 años y trae como consecuencia un deterioro progresivo del funcionamiento del cerebro que ocasiona problemas de memoria, del pensamiento y la conducta.
Con el tiempo, al avanzar la enfermedad, la persona puede desconocer a sus familiares, tienen dificultades para hablar leer o escribir, incluso olvidan cómo hacer actividades sencillas como: peinarse, limpiarse, o cepillarse.
Problemas emocionales emergen: ansiedad, depresión, dificultad para controlar las emociones. Algunos se tornan impulsivos. Pueden confundirse con gran facilidad e incluso perderse y deambular solos por las calles.
En general las personas recuerdan que su pariente enfermo, los cuidó cuando eran niños, garantizó su bienestar y les protegió, en un tiempo en el que eran vulnerables. Esto, aparte de los sentimientos y vínculos que se establecieron en tiempos de salud, es lo que evita el abandono a su suerte, cuando ya no pueden cuidarse por sí mismos.
Cuidarlos significa un gran reto para la familia y la sociedad en su conjunto. Quien tiene un familiar con Alzhéimer debe prepararse. Demanda de recursos económicos, logísticos, tiempo y dedicación. Los cambios conductuales y emocionales del paciente, son factores que estresan y causan frustración.
Las familias deben asumir la situación con madurez y practicidad. Las cargas deben ser repartidas de manera justa y equitativa. El someter a un solo miembro de la familia al rol de cuidador, sin acompañarlo y facilitar su desempeño, puede enfermar mental y físicamente al familiar cuidador, e incluso deteriorar las relaciones familiares.
La familia en la medida de lo posible debe actuar como un equipo, asignar roles y tareas para garantizar calidad de vida en todos los involucrados.
Si se sobrecarga emocional, laboral y económicamente, o se deteriora la calidad de vida de quien asume el rol de cuidador, es probable que no sólo el problema del paciente con alzhéimer se tendrá que resolver, sino también del del cuidador que se enferma.
No todos somos asertivos a la hora de comunicarnos y lograr consenso en un proceso de negociación. Si presentan dificultades en alcanzar acuerdos y convenios en cómo manejar la situación de su familiar con Alzheimer, pueden solicitar la ayuda de un consejero o terapeuta familiar.
Lee más en:
Cómo aprender a vivir con demencia,
Cuidadoras comparten consejos para aliviar el peso del Alzheimer.