Yodo en la dieta

Definición

El yodo es un oligoelemento y nutriente que se encuentra en forma natural en el cuerpo.

Nombres alternativos

Dieta - yodo

Funciones

El yodo es necesario para que las células transformen los alimentos en energía. Los seres humanos necesitan el yodo para el funcionamiento normal de la tiroides y para la producción de las hormonas tiroideas.

Fuentes alimenticias

La sal yodada es sal de cocina con yodo agregado. Esta es la principal fuente alimenticia de este elemento.

Los mariscos son ricos en yodo de forma natural. Igualmente, el bacalao, el róbalo, el abadejo y la perca son buenas fuentes.

El alga parda o marina (kelp) es el vegetal más común recolectado del mar. Es una rica fuente de yodo. 

Los productos lácteos también contienen yodo.

Otras buenas fuentes son las plantas que crecen en suelos ricos en yodo.

Efectos secundarios

La falta de yodo suficiente (deficiencia) se puede presentar en áreas que poseen suelos con bajos contenidos de yodo. La deficiencia de yodo en la dieta durante varios meses puede causar bocio o hipotiroidismo. Si no hay suficiente yodo, las células tiroideas y la glándula tiroides aumentan de tamaño.

La falta de yodo es más común en mujeres que en hombres. También es común en mujeres embarazadas y niños mayores. La ingesta de yodo suficiente en la dieta puede prevenir una forma de anomalía física y mental llamada cretinismo. Esta es una afección muy poco común en los Estados Unidos, dado que la deficiencia de yodo, en general, no representa un problema.

La intoxicación por yodo en los Estados Unidos es poco común. El consumo muy alto de yodo puede disminuir el funcionamiento de la glándula tiroides. Tomar dosis altas de yodo con medicamentos antitiroideos puede tener un efecto aditivo y puede causar hipotiroidismo.

Recomendaciones

La mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitaminas esenciales es consumir una dieta equilibrada que contenga una variedad de alimentos del plato de guía alimenticia.

La mayoría de las personas pueden satisfacer las recomendaciones diarias consumiendo mariscos, sal yodada y plantas cultivadas en suelos ricos en yodo. Cuando compre sal, asegúrese de que esté etiquetada como "yodada". Hay 45 microgramos de yodo en 1/4 de cucharadita de sal yodada que contiene. Una porción de 3 onzas de bacalao proporciona 99 microgramos.

Las dosis de yodo, así como de otros nutrientes, se proporcionan en las Ingestas dietéticas de referencia (IDR) desarrolladas por el Comité de Nutrición y Alimentos en las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina. IDR es un término para un conjunto de ingestas de referencia que se utilizan para planificar y evaluar la ingesta de nutrientes de las personas sanas. Estos valores, que varían según la edad y el sexo, incluyen: 

  • Cantidad diaria recomendada (CDR): el nivel diario promedio de ingesta que es suficiente para satisfacer las necesidades de nutrientes de casi todas las personas sanas (97% a 98%). Una dosis diaria recomendada es un nivel de ingesta basado en evidencia de investigación científica. 
  • Ingesta adecuada (IA): este nivel se establece cuando no hay suficiente evidencia de investigación científica para desarrollar una RDA. Se establece en un nivel que se cree que garantiza una nutrición suficiente. 

Ingestas dietéticas de referencia de yodo: 

Bebés (IA)

  • De 0 a 6 meses: 110 microgramos por día (mcg/día)
  • De 7 a 12 meses: 130 mcg/día

Niños (CDR)

  • De 1 a 3 años: 90 mcg/día
  • De 4 a 8 años: 90 mcg/día
  • De 9 a 13 años: 120 mcg/día

Adolescentes y adultos (CDR)

  • Hombres de 14 en adelante: 150 mcg/día
  • Mujeres de 14 en adelante: 150 mcg/día
  • Mujeres embarazadas de todas las edades: 220 mcg/día
  • Mujeres lactantes de todas las edades: 290 mcg/día

Las recomendaciones específicas dependen de la edad, el sexo y otros factores (como el embarazo). Las mujeres embarazadas o que estén produciendo leche materna (lactantes) necesitan cantidades mayores. Pregúntele al proveedor de atención médica cuál es la mejor cantidad en su caso.

Referencias

La Charite J. Nutrition and growth. In: Kleinman K, Mcdaniel L, Molloy M, eds. The Harriet Lane Handbook. 22nd ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2021:chap 21.

Mason JB, Booth SL. Vitamins, trace minerals, and other micronutrients. In: Goldman L, Schafer AI, eds. Goldman-Cecil Medicine. 26th ed. Philadelphia, PA: Elsevier; 2020:chap 205.

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