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Revelan cómo actúan los hongos alucinógenos

Producen una actividad cerebral similar a la que ocurre durante el sueño. En el futuro se podrían aprovechar estas propiedades para tratar estados de depresión y ansiedad

En el curso de la historia, muchos chamanes, sacerdotes tribales y brujos utilizaron “hongos mágicos” para lograr un trance que les diera un supuesto acceso a una sabiduría suprema, capaz de develar las incógnitas más difíciles de desentrañar. Pero estas sustancias fueron desde siempre solo para entendidos, ya que su efecto puede llegar a ser tan poderoso como letal. 

| Foto: THINKSTOCK

Un grupo de investigadores del departamento de medicina del Imperial College de Londres realizó pruebas para comprobar el efecto de los hongos alucinógenos en el cerebro. Según explica el doctor Robin Carhart-Harris, junto con su grupo de trabajo buscó conocer las bases biológicas que causa en la mente el consumo de este tipo de drogas psicodélicas. 

El estudio contó con la colaboración de 15 voluntarios mayores de 30 años; a algunos de ellos se les inyectó psilocibina, una sustancia química presente en los hongos "mágicos" de la especie psilocyb y a otros se les inyectó un placebo. Mediante una resonancia magnética se escaneó el funcionamiento del cerebro de estas personas para analizar el efecto químico de la sustancia.

Los responsables de la investigación reportaron que este químico provoca actividad cerebral en la misma zona que se estimula durante el sueño. La sensación equivale a estar “soñando despierto”, y al parecer es similar al estado que se adquiere con el consumo de drogas psicodélicas como la mescalina y el LSD.

Uno de los autores del trabajo, el doctor Enzo Tagliazucchi de la Universidad Goethe, en Alemania, explica que aprender cómo funcionan estas sustancias puede tener usos terapéuticos, y por eso se debe seguir investigando. Según aclaró el experto, son tan poderosas que perturban el cerebro de una manera distinta a la que se demuestra en su funcionamiento normal. 

Durante las pruebas, los voluntarios que recibieron la droga demostraron tener menos coordinación en el “cableado” cerebral relacionado con la percepción sobre sí mismos y el nivel de pensamiento. Según los investigadores, estas áreas resultaron estar más desorganizadas y fuera de sincronización por la influencia del químico. 

Según comentó Carhart-Harris, actualmente están estudiando el efecto de las drogas alucinógenas en el pensamiento creativo, para determinar si podrían utilizarse para aliviar síntomas de depresión. La idea es que algunos pacientes puedan cambiar sus parámetros de pensamiento pesimistas, pero no con la idea de colocar “un vendaje sobre una herida abierta en la mente”. Lo que se buscaría es dar una posibilidad de que se hable sobre un tema que aflige, causando un efecto similar al que se busca durante una sesión de psicoanálisis. 

A diferencia de las drogas modernas, estas sustancias alucinógenas no provocan sensaciones placenteras, y muchos las consumen buscando efectos neurológicos que los ayuden a realizar una exploración mental para tratar de entenderse a sí mismos. Esto sería posible porque estos químicos perturban ciertos transmisores que bloquean la emoción, matan el ego y amplían la mente.

El Instituto Nacional de Abuso de Drogas de EE.UU. describe a las plantas y hongos alucinógenos como alcaloides, que interfieren en la acción de los neurotransmisores. Estas sustancias, entre las que se encuentran el ácido lisérgico o LSD presente en el hongo ergot, la mescalina del cactus peyote, y la psilocibina del hongo psilobyn alteran los estados de conciencia durante varias horas.

Suelen tener peligrosos efectos adversos, entre ellos pupilas dilatadas, alta temperatura corporal, taquicardia, alta presión, transpiración, pérdida de apetito, falta de sueño, boca seca, temblores, movimientos descoordinados, debilidad muscular, náuseas, vómitos, mareos, y peligro de anormalidades fetales si es consumido por embarazadas.

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