La ecografía es uno de los procedimientos más útiles para vigilar el desarrollo prenatal de un bebé. Con las ecografías, los médicos pueden buscar defectos de la cabeza, la columna, el pecho y las extremidades; diagnosticar padecimientos graves como placenta previa o parto de nalgas y echar un vistazo para ver si la madre tendrá gemelos o trillizos.
Las ecografías se pueden utilizar en cualquier punto durante el embarazo, desde la quinta semana hasta el parto. Este procedimiento utiliza ondas de sonido inaudibles "para" ver al bebé dentro del útero. Estas ondas de sonido rebotan en las estructuras sólidas dentro del cuerpo y se transforman en una imagen en la pantalla.
Así es como funcionan las ecografías.
Imaginemos que la pelota de tenis es un órgano del cuerpo. Este vidrio representa la imagen de la ecografía. Al igual que este vidrio, la imagen de la ecografía en realidad es plana y bidimensional.
Si pudiéramos pasar esta pelota de tenis a través del vidrio, la imagen de la ecografía mostraría cualquier punto en el que ambos entraran en contacto. Veamos este mismo fenómeno en una ecografía.
El aro blanco es la imagen reflejada de la parte exterior de la pelota de tenis.
Al igual que muchos órganos corporales, la pelota de tenis es sólida en el exterior, con un interior hueco.
Las estructuras sólidas, como huesos y músculos, reflejan las ondas de sonido que se muestran como imágenes de color gris claro o blanco.
Las zonas suaves o huecas como las cámaras del corazón no reflejan las ondas de sonido. Por lo tanto, se muestran como áreas oscuras o negras.
En una ecografía real de un bebé en el útero, las estructuras sólidas del cuerpo del bebé se transmiten de vuelta al monitor como imágenes de color gris o blanco. A medida que el bebé se mueve de un lado a otro, el monitor muestra la silueta de su cabeza. Los ojos se ven como manchas oscuras en la cabeza. También se muestran las regiones del cerebro y el corazón.
Recuerde, una ecografía muestra solo una imagen plana de un bebé. Una ilustración superpuesta del feto muestra cómo luce en realidad el feto dentro del útero.
La ecografía aún es uno de los mejores métodos que tienen los médicos para diagnosticar vidualmente los defectos físicos mayores en un bebé en desarrollo.
A pesar de que no hay riesgos conocidos asociados con las ecografías actualmente, se recomienda especialmente que las mujeres embarazadas consulten a su médico antes de someterse a este procedimiento.