¡Ayayay! La agarré. (Mantenga como la voz de Adán)
El dolor, aunque generalmente es bastante incómodo, brinda al cuerpo un mecanismo protector y nos alerta acerca de daños potenciales o reales a los tejidos corporales. Aquí el sistema nervioso periférico envía un mensaje de dolor al cerebro en el que se indica que hay una picadura de abeja en la nariz.
Demos un vistazo a una repetición instantánea para observar cómo funciona esta comunicación.
Los receptores de dolor en la piel detectan daño en los tejidos de la piel por la picadura de la abeja. Luego, los nervios periféricos envían una señal de dolor al cerebro. El cerebro analiza la señal.
¡Ayayay! (Mantenga como la voz de Adán)
Como respuesta, el cerebro envía un mensaje a los músculos del brazo para que reaccionen.
¡Hasta la vista, abeja!... (Mantenga como la voz de Adán)
Es un sistema muy eficaz.