Una de las primeras señales del inicio del parto es la aparición de un tapón mucoso, el que algunas veces es llamado "flujo sanguinolento".
El flujo sanguinolento es la descarga de una pequeña cantidad de moco rosáceo que formaba la barrera entre el útero y la vagina durante el embarazo.
Poco después del flujo sanguinolento, ocurre otro evento importante. El saco amniótico se rompe y el líquido amniótico comienza a escurrirse poco a poco fuera del útero y de la vagina. En algunas mujeres, de hecho éste puede brotar como un torrente.
La ruptura del saco amniótico que rodea y protege al bebé, se conoce comúnmente como la "ruptura de la Fuente".
La combinación de: las contracciones, el flujo sanguinolento y la ruptura de la fuente, señalan el inicio de la primera etapa del parto.