Los espermatozoides son producidos, almacenados y liberados por el sistema reproductor masculino. Aquí se pueden ver las partes del sistema reproductor masculino: los testículos, la uretra, el conducto deferente, la próstata, la vesícula seminal y el pene.
Los testículos contienen estructuras en forma de espiral llamadas túbulos seminíferos, que es donde se producen los espermatozoides. Los ovarios de la mujer sólo necesitan producir un óvulo al mes, pero los túbulos seminíferos del hombre producen más de doce mil millones de espermatozoides al mes.
La estructura ubicada encima de los túbulos seminíferos es el epidídimo. Los espermatozoides llegan a este órgano para madurar y luego se almacenan ahí. Este período de maduración tarda generalmente unos veinte días.
Antes de la relación sexual, el pene se llena de sangre y se pone erecto. Luego, si hay suficiente estimulación, comienza el proceso de eyaculación.
Aquí se puede ver cómo se desplazan los espermatozoides maduros desde el epidídimo hasta el conducto deferente, un tubo muscular estrecho de unos 46 centímetros de largo. Las suaves contracciones de este músculo impulsan a los espermatozoides hacia afuera. Éstos llegan primero a la ampolla, la parte más ancha de los conductos deferentes y luego pasan a los conductos eyaculatorios. Aquí, una secreción líquida de la vesícula seminal se mezcla con los espermatozoides. El fluido seminal contiene fructosa, un tipo de azúcar que los espermatozoides utilizan como combustible. Éste también contiene alcalinos, los que ayudan a contrarrestar el ambiente ácido natural de la vagina y el útero para que los espermatozoides tengan más posibilidades de sobrevivir.
De ahí, la mezcla líquida es impulsada hacia la uretra, a través de los conductos eyaculatorios, pasando primero por la próstata, en donde se agrega el fluido prostático lechoso, formando la sustancia que conocemos como semen. El fluido prostático ayuda a los espermatozoides a desplazarse más rápidamente, lo que es importante para llegar hasta el óvulo.
Finalmente, alrededor de una cucharada de semen es expulsada o eyaculada por el otro extremo de la uretra, ubicado al final del pene. Desde el momento que los espermatozoides abandonan el cuerpo del hombre, éstos tienen entre 12 y 48 horas para encontrar y fecundar un óvulo, suponiendo que esté disponible. La mayoría de los espermatozoides nunca lo logran. De los 300 millones de espermatozoides eyaculados, apenas unos 200 sobrevivirán para alcanzar el óvulo y sólo uno de ellos logrará fecundarlo.