El primer trimestre comprende las primeras 14 semanas de las 40 que dura el embarazo. Durante este tiempo, la mujer puede experimentar diversas emociones causadas por los cambios hormonales de su cuerpo. Los senos se agrandan y se vuelven sensibles, y ella puede sentir “nauseas” en cualquier momento del día o de la noche.
Durante el primer trimestre, se formarán casi todos los órganos internos del feto. El feto es aproximadamente del tamaño de un puño e incluso puede comenzar a moverse un poco.
Durante el segundo trimestre, entre las semanas 15 y 27, una mujer puede experimentar síntomas de acidez e indigestión. El crecimiento del bebé en la región abdominal se hace notorio y pueden aparecer estrías a medida que la piel del abdomen se estira. El feto en desarrollo crece muy rápidamente durante el segundo trimestre y sus brazos y piernas se desarrollan y fortalecen muy bien. La futura madre puede comenzar a sentir cómo se mueve el bebé dentro de ella. Aunque el feto ya está casi totalmente formado, los pulmones necesitan desarrollarse aún más a medida que el feto aumenta la cantidad de grasa y el peso.
Durante el tercer trimestre, entre las semanas 28 y 40, el bebé continúa creciendo y los pulmones se desarrollan aún más. En esta etapa, puede resultarle difícil para la mujer encontrar una posición cómoda tanto cuando está despierta como cuando está dormida.
El cuerpo en crecimiento del bebé dentro del útero empuja los órganos abdominales hacia arriba contra el diafragma y comprime la vejiga y el colon. Hacia el final del ciclo de 40 semanas, el bebé cae sobre la cavidad pélvica, que en otras palabras, es la manera de decir que “ya es el momento de dar a luz”.