Antes de hablar de cómo se forman los cálculos renales, primero tomemonos un momento para orientarnos sobre que es el tracto urinario. El tracto urinario incluye los riñones, uréteres, vejiga y uretra. Ahora, agrandemos un riñón para analizarlo más de cerca.
Este es un corte transversal del riñón. La orina fluye desde la corteza exterior hasta la medula interior. La pelvis renal es el embudo a través del cual la orina sale del riñón y entra en la uretra.
A medida que la orina pasa a través de los riñones, puede volverse muy concentrada. Si la orina está demasiado concentrada, el calcio, las sales de ácido úrico y otros compuestos químicos disueltos en la orina pueden cristalizarse y formar una piedra en los riñones o cálculo renal.
Generalmente, el cálculo es del tamaño de una piedra pequeña. Pero los uréteres son muy sensibles a estirarse y cuando se forman los cálculos y los dilatan, este estiramiento puede ser muy doloroso. Muchas veces, las personas no sabe que tiene cálculos renales hasta que siente los dolorosos síntomas de tener un cálculo pegado en alguna parte del tracto urinario. Afortunadamente, los pequeños cálculos generalmente salen de los riñones y pasan por los uréteres por sí mismos sin causar ningún problema.
Sin embargo, los cálculos pueden volverse más problemáticos si bloquean el flujo de orina, como en el ejemplo que mostramos aquí.
Los médicos le llaman a éste un cálculo “cálculo coraliforme”, y está obstruyendo todo el riñón. Afortunadamente, estos cálculos son la excepción y no la regla.