Copa menstrual en lugar de tampones o toallitas, ¿cómo funciona?

Patricia necesitó de varios minutos para ajustarse la copa y para acostumbrarse a ella, pero una vez que la usó en ese primer período desechó las toallas, compresas y tampones y optó por ese nuevo método para la menstruación.

Se trata de un recipiente de silicona médica que se introduce en el interior de la vagina (igual que un tampón) y recoge todo el flujo de la menstruación.

Copa menstrual  en lugar de tampones o toallitas, ¿cómo funciona?
Entre las ventajas de la copa figura el hecho de que queda completamente en el interior de la vagina, se adapta perfectamente a la anatomía de cada mujer y recoge el flujo hasta por 12 horas.

Aunque Patricia la descubrió recientemente, las copas menstruales se empezaron a fabricar en los años 30, pero sin mucho éxito. Fue hace muy poco que se volvieron populares, no sólo por los materiales con los cuales comenzaron a hacerlas, que las hicieron más cómodas e hipoalergénicas, sino porque las mujeres tienen más conciencia ecológica y prefieren hacer su pequeña contribución a la vida del planeta.

Razones para usarla

Las mujeres que las usan con frecuencia aseguran que el nuevo dispositivo tiene varias ventajas. Por ejemplo, gastan menos dinero. Aunque pueden llegar a costar entre 16 y 30 dólares (según la marca) la copa menstrual la puedes usar durante todo tu período y por los siguientes 10 o 15 años sin gastar más dinero. En cambio, en tampones y toallas se invierte cada mes.

Es ecológica. Con un flujo normal se puede llegar a usar, aproximadamente, 13.000 toallas higiénicas a lo largo de tu vida. Si cada toalla después de usada pesa 5 gramos, se producen 65 kg de basura al año. En cuarenta años son 2.600 kg de basura. Además, una toalla higiénica puede demorar 500 años en degradarse.

Otra de las ventajas de la copa es que queda completamente en el interior de la vagina, se adapta perfectamente a la anatomía de cada mujer y recoge el flujo hasta por 12 horas.

La copa está fabricada con silicona médica hipoalergénica y a diferencia del tampón, esta solo recolecta lo que el cuerpo libera y así mantiene la humedad que se necesita. No acumula bacterias porque conserva el flujo dentro del cuerpo y no se tiene contacto con el oxígeno, que es lo que produce malos olores.

Algunos de los fabricantes aseguran que al utilizarlas no hay riesgo de desarrollar síndrome de choque tóxico, que siempre ha estado asociado a los tampones.

Las incomodidades

Hay mujeres que la usan para ir al gimnasio o a la piscina porque consideran que les brinda más protección que los tampones.

Tal y como le ocurrió a Patricia, algunas mujeres se quejan de que al principio toma tiempo acostumbrarse a la sensación de la copa y resulta incómodo ponerla y sacarla.

A otras mujeres les molesta porque sienten que están más en contacto con el flujo de la menstruación. Varias blogeras también señalan que retirar la copa puede ser algo complicado, al principio, cuando no se tiene mucha práctica.

Las personas que ya la han usado señalan que no es recomendable guardar la copa menstrual en envases herméticos o de cristal. Es mejor colocarla en un lugar adecuado libre de temperaturas extremas (mucho calor o mucho frío) y siempre dentro de su bolsita de algodón.

Tampoco la expongas al sol porque puede perder su color y se corre el riesgo de que no conserve todas sus propiedades.

Elisa Ross, obstetra y ginecóloga del Instituto de Salud de las Mujeres de la Clínica Cleveland, advierte que la mayoría de copas menstruales están hechas de silicona o goma y ella le recuerda a sus pacientes que si son sensibles al látex, deberían estar seguros de adquirir una copa por completo de silicona.

Ross también considera como un inconveniente el vaciado de la copa, sobre todo si la mujer está en un baño público.

La dificultad de inserción también es una desventaja. Las jóvenes que aún no hayan tenido relaciones sexuales podrían encontrar difícil el colocarse las copas. Y, si existe un DIU en su lugar, utilizar una copa menstrual podría tirar de las tiras del DIU y descolocarlo. En estos casos siempre es mejor preguntar al ginecólogo o médico de familia.

Si la mujer tiene fibroides o un útero descendido, podría no situarse en el lugar adecuado.

Durante la menstruación, enjuaga la copa con agua. Y cuando finalice la menstruación, esterilízala con agua hirviendo. Así eliminarás las bacterias que pueda quedar o adquirir.

Puedes usar un poco de lubricante para introducirte la copa, tantas veces como haga falta, no altera tu vagina ni perjudica la copa.

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