Zonas erógenas: Tu mapa para el placer

“Existen ciertas zonas que ayudarán a estimular el deseo sexual durante el juego previo; esta etapa es importante pues no sólo iniciará la excitación sexual, sino que ayudará a la pareja a sentirse más vinculada emocionalmente”, explica la Dra. Ruth Westheimer, de la Academia de Medicina de Nueva York.

“Los labios tienen una piel muy delgada, además, tienen muchas terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, los cuales están directamente conectados con el corazón; todo esto los hace muy sensibles, sobre todo en los bordes y en las comisuras”, explica el Dr. Michael Krychman, del Centro de Salud del Sexual del Sur de California.

Antes de llegar al sexo, el Dr. Krychman recomienda pasar cinco minutos besándose, sin hacer nada más: “Esto les permitirá experimentar todo el placer que los labios pueden brindar, y es importante que prueben distintos modos de estimularlos: con la lengua, con los dietes, con los dedos o con los mismos labios”.

"La zona donde se unen el cuero cabelludo, la nuca y la espalda es muy sensible, pues ahí convergen diversos tipos de tejido", explica el Dr. Cameron Clokie, del Hospital Sinai, en Canadá. “Además, un masaje en esta zona elevará la producción de oxitocina, neurotransmisor vinculado con el bienestar y el placer".

No, no parece la zona erógena por excelencia, pero “Existen nervios que unen el ombligo con los genitales, por lo que estimular el ombligo con los dedos o la lengua puede ser un buen método para preparar los genitales para la actividad sexual”, asegura Dr. Michael Gach, de la Universidad Columbia Pacific.

"Para obtener el placer de todas estas zonas, es importante que estés conforme y a gusto con tu cuerpo", asegura el Dr. Krychman. "Si no te gusta tu cuerpo, te resistirás a explorarlo o a que tu pareja lo explore, lo que pondrá obstáculos en el placer de ambos".

¿Has notado que cuando tienes un orgasmo doblas los dedos de los pies? Bueno, "El pie concentra una gran cantidad de nervios, los cuales están directamente relacionados con los del área genital, por lo que estimularlos puede ser muy placentero", asegura la Dra. Yvonne Fulbright, de la Universidad de Nueva York.

De acuerdo con la Dra. Fulbright, “Para obtener placer de los pies, lo mejor es darles un masaje presionando las plantas y los dedos con los pulgares: de este modo evitarás las cosquillas, que ahuyentan el placer. Es útil echar mano de algún aceite para facilitar el masaje y estimular el olfato también”.

"La zona del coxis y del hueso sacro, el área triangular encima de los glúteos, es altamente erógena: ahí desembocan los nervios que se encuentran en los genitales”, explica el Dr. Gach. “Estimular esta área elevaría el deseo sexual e incrementaría la sensibilidad de los genitales, facilitando el orgasmo”.

De acuerdo con Amy Levine, educadora sexual, "Esta área es especialmente sensible, ya que se encuentra justo encima del nervio principal de la pierna: el nervio ciático. Un masaje en esta área provocará sensaciones intensas y placenteras; es importante masajear desde la parte de la rodilla hasta los glúteos utilizando algún aceite”.

"Los pezones, tanto en hombres como mujeres, están llenos de vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, que los hacen muy sensibles; puedes estimularlos con los dedos o con la boca", asegura la Dra. Fulbright. "En ocasiones pueden ponerse erectos y duros, pero eso depende de la fisiología de cada persona".

"Las zonas erógenas en general pueden ser estimuladas de muchas maneras: con las manos y los dedos, con los labios, con los dientes o con la lengua. Es importante que experimentes un poco para conocer qué tipo de estimulación te agrada más y con qué intensidad, en el caso de los mordiscos y pellizcos", destaca la Dra. Westheimer.

Una vez que la pasión está encendida, la estimulación genital es el siguiente paso. Sin embargo, aun ahí existen puntos específicos para el placer: “La estimulación de estas zonas te permitirá tener orgasmos mucho más intensos, o alcanzarlos de maneras nuevas y diferentes”, comenta la Dra. Laura Berman, de la Universidad Northwestern.

Todos hemos oído hablar de él: "El clítoris es sumamente sensible, pero no sólo eso: está vinculado con los músculos de la vagina, la vulva y el útero, por lo que al estimularlo produce una sensación de placer integral", asegura la Dra. Fulbright.

Pocos hombres pueden jactarse de haber encontrado el punto G, y uno de ellos es el Dr. Adam Ostrzenski, quien asegura que “El punto G es un tejido eréctil ubicado a 17 milímetros de la entrada de la vagina; su valor erótico radicaría en que está conectado de forma directa al nervio pélvico, el más grande del área genital".

Lo más fácil es usar los dedos: "Habría que insertar un dedo en la vagina, con la palma de la mano hacia arriba. Cerca de la entrada se hallaría una pequeña protuberancia. Al ser estimulado, el punto G causaría una sensación semejante al deseo de orinar, pero pasará conforme ella se acostumbre a su estimulación”, comenta el Dr. Ostrzenski.

Según la Dra. Fulbright, "El pene tiene partes más sensibles que otras, y una de las más especiales (además del glande) es el frenillo: la zona en la que el prepucio se une con el glande, por abajo del pene. En esta área la piel es muy delgada y sensible, incluso en hombres circuncidados, por lo que proporcionará un placer intenso".

La erotóloga Ana Cerón explica que "Muchas zonas erógenas son extremadamente sensibles, como el clítoris, el frenillo o los pezones, por lo que si se estimulan sin una lubricación adecuada pueden irritarse y causar molestias; lo ideal es utilizar siempre algún tipo de lubricación, para reducir la fricción y maximizar el placer”.

"Éste es conocido como el punto G masculino", explica la Dra. Berman. "La próstata está justo a la entrada del recto; la mejor manera de estimularla es introduciendo el dedo por el ano; sin embargo, si no te sientes listo para utilizar 'la puerta de atrás', puedes estimularla presionando en el perineo (la zona entre los testículos y el ano)".

Según la Dra. Fulbright, "Muchos hombres creen que la estimulación de la próstata es sólo para homosexuales, o que se volverán gay si llegan a experimentarlo. Esto es totalmente falso: la estimulación de la próstata y del ano es una forma de obtener placer disponible para cualquiera, y no influye en las preferencias sexuales”.

"No todas la zonas erógenas provocan placer en todas las personas, esto es completamente normal, pues cada quien es distinto; por esto es importante que explores y conozcas tu cuerpo, para saber qué lugares son los más sensibles en ti y cómo te gusta que sean estimulados", puntualiza la Dra. Westheimer.