Cómo se pueden prevenir y tratar las várices

Las várices son bastante fáciles de detectar: son grandes venas que uno puede ver debajo de la piel. Estas venas pueden verse inflamadas en los tobillos y pies. Otros signos son: dolor o “pesadez” en las piernas, picazón, calambres, cambio de la coloración de la piel o “latidos” en las piernas. Atención: a veces la picazón es mal diagnosticada como “piel seca”.

Su nombre científico es “telangiectasias” o arañas vasculares. Son dilataciones de los capilares más pequeños y de los vasos superficiales. Tienen un color rojo brillante y miden entre 1 a 4 mm de diámetro. Tip: para saber si tienes una “arañita” puedes presionar. Si el color se vuelve pálido frente a la presión, es probable que se trate de una araña vascular o telangiectasias.

Sí, es muy común. Por lo general causan pocos signos y síntomas. A veces causan dolor cuya intensidad varía entre leve y moderada, coágulos de sangre, úlceras (llagas) de la piel y otros problemas.

La sangre circula por las venas en un solo sentido, siempre hacia el corazón. Esto se debe a que las venas tienen unas válvulas que si se lesionan pueden producir que la sangre se acumula o vuelva en el sentido contrario y, como consecuencia, las venas se inflamen y aparezcan las várices.

Hay muchos factores que incrementan el riesgo: antecedentes familiares, edad avanzada, género (las mujeres tienden a tener más riesgo que los hombres), embarazo, sobrepeso o obesidad, vida sedentaria (estar sentado por largos períodos, en especial con las piernas cruzadas o dobladas, ya que las venas tienen que hacer más fuerza para llevar sangre hacia el corazón. También, quienes sufrieron de coágulos o un ACV tienen mayor riesgo.

Hay dos tipos de tratamientos: por un lado es importante cambiar cierto hábitos, como el sedentarismo, y por el otro lado, hay procedimientos médicos que ayudan a aliviar los síntomas, evitar complicaciones y mejorar el aspecto físico.

Hay personas que tienen várices pero no sufren dolor y otras que sí. También, hay quienes pueden tener coágulos de sangre, úlceras en la piel u otros problemas. Ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, es fundamental acudir al médico para prevenir otras complicaciones y para que pueda indicar un tratamiento para el dolor.

Las várices pueden causar dermatitis, una inflamación de la piel, en especial en los tobillos o en la parte inferior de las piernas. A su vez, la dermatitis puede provocar hemorragia o úlceras en la piel, si hay irritación o si la persona se rasca. Pero la complicación más grave es la tromboflebitis: la aparición de un coágulo de sangre en la vena.

Evita estar largos períodos de tiempo parado o sentado, sin tomarte un descanso. Esto puede prevenir que las várices se pongan peor, reduce el dolor y evita que se formen más várices. Además, es importante hacer ejercicio para mover las piernas y mejorar el tono muscular. Si tienes sobrepeso, es tiempo bajar de peso. Mejorarás la circulación.

No uses ropa demasiado ajustada, especialmente en la cadera, muslos y piernas. La ropa ajustada puede empeorar las várices. También, evita los tacones. Los tacos más bajos pueden ayudar a tonificar los músculos y esto a su vez mejora la circulación. Además, el médico podría indicar que uses medias de compresión, que mantienen la presión de la sangre y reducen la inflamación de las piernas.