Fósforo: cómo y por qué es necesario sumarlo en la dieta

El fósforo es junto al calcio el mineral más abundante del organismo, muchos especialistas estiman que llega a constituir el 1% de nuestro peso. Esta presencia se debe a que es necesario para cumplir muchas de las funciones más importantes del cuerpo.
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¿Te preocupa saber cómo obtener fósforo? Eso no es un problema, ya que la mayoría de los alimentos poseen este mineral. Los expertos afirman que una dieta rica en proteínas y calcio, también lo será en fósforo. Las mejores fuentes son cualquier tipo de carne, pescado, huevos, leche, frutos secos, frijoles, granos integrales y papas.

La Academia Nacional de Medicina de EE. UU. recomienda diferentes dosis diarias de fósforo dependiendo la edad: de 0 a 6 meses 100 mg, de 7 a 12 meses 275 mg, de 1 a 3 años 460 mg, de 4 a 8 años 500 mg, de 9 a 18 años 1 250 mg, adultos y embarazadas 700 mg. Generalmente este consumo se cubre fácilmente con una dieta equilibrada, aunque existen excepciones en las que son necesarias suplementos.

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Por qué necesitamos fósforo

El fósforo no solo es importante por su notable presencia en nuestro cuerpo. También interviene en muchas funciones esenciales, a saber, en la formación de ADN y ARN, el desarrollo de proteínas, el balance hormonal y en el correcto funcionamiento de las reacciones metabólicas. Los siguientes son sus principales beneficios:

Fortalece los huesos

Los huesos son órganos rígidos que proporcionan sostén a nuestro cuerpo, mientras que las articulaciones son las encargadas de mantenerlos unidos. El fósforo es necesario para que estos se desarrollen correctamente y se mantengan fuertes y saludables. Algunos estudios encontraron que el consumo de este mineral ayuda a prevenir enfermedades como artrosis, osteoporosis o fracturas.

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¿Mejora la función cognitiva?

Existen estudios que encontraron un vínculo entre el déficit de fósforo y problemas en el sistema nervioso central. Sin embargo, no existe evidencia que garantice que un mayor consumo de fósforo mejora el funcionamiento cognitivo. Por ello, muchos expertos resaltan que este no es un mineral mágico y que los beneficios para la memoria o la concentración solo pueden verse si su consumo se ve acompañado por el de otros minerales.

Gran energizante

Normalmente se recomienda fósforo a los deportistas, debido a que permite reducir el cansancio tanto mental como físico. Esto se debe a que forma parte de las moléculas que almacenan y utilizan energía. Otra forma en que fomenta el ejercicio es a partir de sus efectos positivos sobre el estado de ánimo.
Gran energizante
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Acción digestiva

El fósforo también cumple una función importante en los procesos digestivo. Junto a dos compuestos, riboflavina y niacina, estimula los movimientos intestinales y la correcta absorción de los nutrientes esenciales. En algunos casos, también se encontró que alivia la diarrea y el estreñimiento.

Para la menopausia

La menopausia es un momento de la vida de las mujeres en que dejan de tener menstruaciones. Normalmente ocurre después de los 45 años y se ve acompañada por cambios de humor, problemas para dormir y sofocos. Diferentes investigaciones señalan que el rol que cumple el fósforo en los equilibrios hormonales puede ayudar a contrarrestar estos síntomas.

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Efectos adversos

Es raro tener niveles elevados de fósforo en sangre y esta situación solo suele presentarse en personas con problemas renales o diabetes. Un exceso de este mineral puede causar endurecimiento de los órganos y tejidos, diarrea e interferencias en la absorción de otros minerales, como calcio, hierro o zinc.
Efectos adversos
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Otra situación inusual son los niveles bajos de fósforo. Los expertos señalan que esto puede deberse al uso de ciertos medicamentos, como insulina o antiácidos. Sus síntomas incluyen dolor óseo o articular, pérdida de apetito, fatiga e irritabilidad. Frente a esta situación o a un exceso del mineral se recomiendan consultar a un profesional.

Fuentes consultadas:

Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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