No todas las grasas son dañinas, por ejemplo, los ácidos grasos Omega 3 elevan la sensibilidad a la insulina en los pacientes con diabetes, por lo que ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre. Puedes agregarlos a la dieta a través de pescados, como atún, caballa, salmón, sardina y trucha, semillas o aceite de linaza, frutos secos, semillas de chía, aceites de canola, oliva o soya, y aguacate.