A pesar de su gran incidencia en la población mundial, la diabetes tipo 2 es una enfermedad prevenible. Los profesionales de la salud resaltan que incluyendo ciertos alimentos en la dieta y limitando otros se pueden controlar los niveles de azúcar en sangre.

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta el uso de la glucosa, el principal tipo de azúcar de la sangre, cuya función es actuar como fuente de energía. Para distribuir la glucosa entre las células, y así entregarles energía, nuestro cuerpo recurre a una hormona llamada insulina, producida por el páncreas. Cuando esta no es suficiente o no funciona correctamente, da lugar a los dos tipos de diabetes más comunes:
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, que ocurre porque el sistema inmunitario ataca y elimina por error las células productoras de insulina en el páncreas. Aún se desconoce su causa exacta, aunque se cree que los genes, factores ambientales y la intervención de algún virus podría desencadenar esa respuesta inmunitaria. Esta afección no es prevenible.
Diabetes tipo 2
Más del 90% de las personas que sufren de diabetes tienen diabetes tipo 2. En este tipo el cuerpo no es capaz de utilizar correctamente la insulina. Muchas personas con diabetes tipo 2 pueden controlar sus niveles de glucosa en sangre mediante un estilo de vida saludable, aunque también existen casos que requieren de medicamentos o tratamientos similares a los de la diabetes tipo 1.
Qué se aconseja comer
Para prevenir la diabetes tipo 2, los profesionales de la salud recomiendan hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable, y no fumar. También aconsejan mantener una dieta saludable que incluya los siguientes grupos de alimentos:
Frutas y vegetales
Las frutas y vegetales son fundamentales para prevenir o retrasar la progresión de la diabetes. También son excelentes para sumar a la dieta antioxidantes, fibra, fitoquímicos, minerales, vitaminas y pocos carbohidratos. Entre las mejores opciones se encuentran: cítricos, frutos del bosque, manzanas, uvas, kiwis, vegetales de hoja verde, como acelga, espinaca, brócoli o kale y demás opciones sin almidón.

Fibra
La fibra es una parte fundamental de toda dieta saludable, especialmente en la de las personas con diabetes. Esto se debe a que retrasa la absorción de glucosa previniendo los "picos", permitiendo así un mejor control del azúcar en sangre. Puedes sumarla a través de hierbas y especias, como cilantro, orégano o albahaca, legumbres, como lentejas, guisantes, cacahuates, y porotos, o frutas y cereales.
Grasas saludables
No todas las grasas son dañinas, por ejemplo, los ácidos grasos Omega 3 elevan la sensibilidad a la insulina en los pacientes diabéticos, por lo que ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre. Puedes sumarlos a la dieta a través de pescados, como atún, caballa, salmón, sardina y trucha, semillas o aceite de linaza, frutos secos, semillas de chía, aceites de canola, oliva o soya, y aguacate.
Qué se aconseja evitar
Mantener hábitos saludables e incluir en la dieta alimentos beneficiosos que ayuden a controlar los niveles de azúcar en sangre no son las únicas medidas que se deben tomar para prevenir la diabetes. Los profesionales de la salud también resaltan que es igual de importante limitar o evitar otros alimentos o productos:
Alimentos azucarados
Las personas con diabetes deben limitar o evitar las fuentes de azúcar refinada, como los dulces, pasteles, galletas o bebidas azucaradas, entre otras. También se debe controlar aquella que se añade cuando se cocina o beben infusiones, como té o café. El consumo excesivo de azúcar también puede causar otros factores de riesgo de la diabetes, como sobrepeso e hipertensión.
Alimentos ricos en carbohidratos
Los carbohidratos son uno de los principales nutrientes en la alimentación y nuestro cuerpo los necesita para funcionar correctamente. Sin embargo, se debe controlar su ingesta para evitar ciertos problemas, por ejemplo, las alteraciones en los niveles de azúcar en sangre. Por ello, se recomienda limitar la ingesta excesiva de panes, pastas o productos procesados.

Alimentos con IG alto
El índice glucémico (IG) es una medida que sirve para indicar la rapidez con la que un alimento puede aumentar los niveles de azúcar en sangre. Se recomienda que las personas con diabetes limiten o eviten los alimentos con un IG alto, como: pan blanco, arroz o arroz inflado, pastas, papas, melones o piñas.
Alimentos salados
La sal contribuye al aumento de la presión arterial alta (un factor de riesgo de la diabetes), debido a que afecta el equilibrio de líquidos en sangre. Los expertos recomiendan consumir 2.300 mg de sodio al día, es decir, el equivalente a una cucharadita de sal. Sin embargo, limitar o reemplazar la sal que se usa para condimentar no es suficiente, ya que la mayor parte del sodio en la dieta proviene de los productos ultraprocesados.
Bebidas alcohólicas
Beber demasiado alcohol puede contribuir al aumento de los niveles de azúcar en sangre, y afectar la calidad de vida de las personas con diabetes. Los profesionales recomiendan que en caso de beber sea hasta dos tragos diarios para los hombres y uno para las mujeres. Un trago equivale aproximadamente a un vaso de cerveza, una copa de vino o una medida de bebida destilada.

Grasas saturadas y trans
Las grasas trans son grasas artificiales que se usan para aumentar la vida útil y la estabilidad de los alimentos envasados. Su consumo, junto con el de otro tipo de grasas, llamadas saturadas, puede causar a la larga problemas en la salud de las personas con diabetes. Para evitarlas, no consumas alimentos fritos o frituras, embutidos, y productos procesados.
Dietas contra la diabetes
Para incluir los alimentos recomendados y evitar aquellos que se desaconsejan contra la diabetes, los expertos destacan la utilidad de distintas dietas, como la mediterránea, cetogénica o "Keto", paleolítica o "Paleo", o vegetarianas y veganas.

La dieta mediterránea cuenta con muchos vegetales, frutas, grasas saludables (como el aceite de oliva), pescado graso, granos enteros, semillas, legumbres, vino tinto y lácteos. También existen alimentos que definitivamente no se consumen, como las carnes rojas, dulces, postres, huevos y mantequilla.
La dieta Keto consiste en consumir alimentos ricos en grasas, buena cantidad de proteínas y casi nada de carbohidratos. Nuestro cuerpo suele obtener su principal fuente de energía, el azúcar, de los carbohidratos. Al privar al cuerpo de glucosa, la dieta keto induce un estado de "cetosis". Durante la cetosis, el cuerpo se ve obligado a descomponer la grasa almacenada, en lugar de azúcar, para producir energía.
La dieta Paleo simula lo que nuestros antepasados comían en la edad paleolítica: carne, pescado, huevo, vegetales, frutas, grasas saludables, hierbas y semillas. A su vez, se evita la ingesta de alimentos procesados o ultraprocesados.

Fuentes consultadas:
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, Organización Mundial de la Salud.