¿Olvidaste el nombre de una película que viste recientemente? O tal vez, ¿las llaves del coche? A medida que envejecemos las conexiones entre las células del cerebro también cambian y es bueno detectar la diferencia entre un olvido típico y algo más a lo que debes prestar atención y consultar con tu médico.
Algunos problemas con la memoria, así como un declive modesto en otros procesos de pensamiento, es una parte bastante común del envejecimiento. Sin embargo, hay una diferencia entre estos cambios normales y el tipo de pérdida de memoria asociado con la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos relacionados.
La pérdida de la memoria normal asociada con la edad no te impide vivir una vida plena y productiva. Por ejemplo, olvidas partes de situaciones, los recuerdos se recuperan con claves o aparecen de manera espóntanea más tarde, los olvidos no afectan la esfera laboral o social y no están acompañados por episodios de desorientación. Además, la situación permanece estable en el tiempo, con una pendiente muy poco marcada.
Sin embargo, debes prestar mucha atención si olvidas toda una situación, los recuerdos no se recuperan, los familiares se muestran preocupados por los olvidos, afectan la esfera laboral o social, están acompañados por episodios de desorientación y estas situaciones empeoran en el tiempo, con una pendiente muy marcada.
Cuándo visitar al doctor
Si te preocupa la pérdida de memoria, visita a tu doctor, este podrá llevar a cabo pruebas para juzgar el grado de deficiencia de memoria y diagnosticar su causa. Probablemente tenga una serie de preguntas para ti y podría beneficiarte tener la compañía de un familiar o amigo para que contesten preguntas basadas en sus observaciones.
El especialista puede preguntarte sobre el tiempo que llevas experimentando problemas de memoria, además de los medicamentos y las dosis que tomas regularmente. También indagará sobre tus hábitos cotidianos, si tomas alcohol, cuáles son las tares que encuentras fáciles y cuáles no o si experimentaste últimamente alguna pérdida, cambio o acontecimiento estresante, entre otras cuestiones.
También podría programar un examen físico general, con análisis de sangre y pruebas de imagen que pueden ayudar a identificar causas reversibles de problemas de memoria o síntomas de demencia.
Causas reversibles
Muchos problemas médicos pueden causar pérdida de memoria u otros síntomas similares a los de la demencia y algunos son reversibles. Entre ellos se encuentran ciertos medicamentos o la combinación entre ellos, un trauma o lesión cerebral menor, depresión u otros trastornos de salud mental, alcoholismo, deficiencia de vitamina B12, hipotiroidismo o tumores.
Envejecimiento
Por otra parte, está la pérdida de la memoria normal asociada con la edad que no te impide vivir una vida plena y productiva. Estos cambios en la memoria generalmente son fáciles de controlar y no afectan tu capacidad para trabajar, vivir con independencia o tener una vida social.
Demencia
En otros casos puede tratarse de un diagnóstico de demencia. Los síntomas comienzan gradualmente, empeoran a través del tiempo y afectan significativamente la capacidad de una persona para trabajar y tener interacciones y relaciones sociales. Con frecuencia, la pérdida de la memoria es uno de los primeros signos de la demencia.
Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es el tipo de demencia más común que afecta a las personas mayores, donde los cambios cerebrales causan la muerte de las células nerviosas. Le sigue la demencia vascular y el tercer tipo con mayor incidencia es la demencia de cuerpos de Lewy.
Tener un diagnóstico lo antes posible es muy importante. Identificar una causa reversible de disfunción de memoria te permite dar con el tratamiento apropiado. Asimismo, un diagnóstico temprano de enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia es beneficioso para enfrentar los síntomas, educar al paciente, a la familia y a los amigos sobre la enfermedad y lograr una mejor calidad de vida.
Fuentes consultadas:
Asociación de Alzheimer, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU.,
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo,
Instituto Nacional de la Salud Mental.