Mujer lucha 50 años contra la anorexia

Ella es Jacqueline Kemp, una mujer de Dumferline, Escocia, que ahora tiene 64 años. Desde muy temprano descubrió la anorexia, cuando al sentirse “fea”, en comparación de su mejor amiga en la escuela, comenzó a perder peso, en 1962.

En cuestión de meses Kemp logró su objetivo de lucir más delgada al pesar 70 libras (33 kilos aproximadamente). Sin embargo, no se había dado cuenta que había caído en las garras de este trastorno alimenticio y a partir de entonces, no ha recuperado su peso ideal.

Se trata de un trastorno alimentario que lleva a que las personas pierdan más peso de lo que se considera saludable para su edad y estatura. Las personas con este problema, según la Biblioteca Nacional de Medicina, pueden tener un miedo intenso a subir de peso, incluso, cuando su peso es insuficiente.

Vivir muchas décadas así es un logro que muy pocos pueden vivir para contarlo, ya que, según Vihoman Lozada, especialista en Nutrición Clínica, a partir de los 5 a 7 años que se vive con esta enfermedad se comienzan a presentar deterioros notables en el sistema óseo, articulaciones y otros problemas delicados.

Que la escocesa lleve muchos años con este problema y siga viva para contarlo puede deberse a “cuestiones de genética o nutrición. Igual ha entrado y salido varias veces de la anorexia, es algo inexplicable”, considera Vihoman Lozada.

Al igual que Jacqueline, quien empezó con este problema cuando tenía 14, muchas chicas son el blanco perfecto para tener este problema. La Asociación Nacional de Anorexia Nerviosa y Desórdenes asociados calcula que en EU 10 de cada 100 jóvenes tienen este problema, y la edad promedio en que se presenta es a los 13.

Aunque mide 5 pies con 5 pulgadas (1.65 metros) Jacqueline debería de tener un peso equivalente con su estatura. No obstante, ella ni siquiera conoce en la actualidad lo que es pesar 98 libras (unos 45 kilos).

Una persona con anorexia puede intentar de todo con tal de perder peso, por lo que recurre a varios métodos como dietas o ejercicio excesivo. Además puede sentir ansiedad, miedo por engordar, tener una imagen distorsionada de sí misma o estar obsesionada con el peso.

Actualmente se desconoce la causa exacta de la anorexia nerviosa. Muchos factores, como los genes y las hormonas pueden jugar un papel determinante. Las actitudes sociales que promueven ciertos tipos de cuerpos muy delgados también pueden contribuir. Informa la Biblioteca Nacional de Medicina.

Kemp ha tenido varios problemas de salud que la han impedido llevar una vida normal. “Nunca he sido capaz de mantener un trabajo adecuado porque estaba tomando un coctel de medicamentos para ayudar con mi anorexia y pasé la mayor parte del tiempo como paciente ambulatorio en un hospital”, dijo al Daily Mail.

Algunos de éstos incluyen cortar el alimento en pedazos pequeños o moverlos alrededor del plato en lugar de comerlos, hacer ejercicio a toda hora, ir al baño después de las comidas, usar diuréticos, consumir laxantes o alimentos que disminuyan tu apetito.

Cuando algo no anda bien en tu cuerpo, éste es el primero en hacértelo saber. En el caso de anorexia se presenta piel amarillenta o manchada, boca seca, sensibilidad al frío, pérdida de la fortaleza ósea, depresión, pensamiento confuso o lento y atrofia muscular, según la Biblioteca Nacional de Medicina.

Incluso, esta enfermedad se convirtió en su verdugo a la hora de pensar en su futuro dentro de una familia. “Me perdí la oportunidad de tener mi propia familia. Me casé con la anorexia y todo lo demás quedó en segundo lugar. Por mucho que quería tener hijos, la idea de subir de peso me aterrorizó”.

Un estudio hecho en Reino Unido reveló que este trastorno alimenticio puede afectar la fertilidad. Al entrevistar a 11.000 mujeres, de las cuales un 3% tenía anorexia, bulimia, o ambas, se encontró que quienes padecían estos problemas tardaron más tiempo en concebir a diferencia del otro sector.

Incluso, esta enfermedad se manifestó a la hora de socializar. “La anorexia me ha hecho sentir insegura y me he encontrado dificultades para hacer amigos, algo de lo que nunca pude ser parte”, agregó. En su lugar, su verdadera amistad se centraba en los laxantes y el hambre.

Para que un médico sepa las causas de la pérdida de peso aplicará algunos exámenes entre los que destacan albúmina, pruebas de densidad ósea, conteo sanguíneo completo, electrocardiografía, electrólitos, pruebas de la función renal, de la función hepática, de la función tiroidea, así como análisis de orina.

La anorexia puede acabar con la salud de las personas, y cuando se está debajo del 70% del peso corporal ideal para la edad y estatura, se sigue perdiendo de peso a pesar del tratamiento, la persona está en una profunda depresión o piensa cometer suicidio se necesita la hospitalización.

Su función es restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimentarios. Un aumento de 1 a 3 libras (450 a 1,359 gramos) por semana se considera una meta segura. Algunos programas han encontrado que al incrementar la actividad social, disminuyendo el ejercicio y usando horarios para comer puedes subir de peso.

Antes de visitar a nutriólogos, médicos, y profesionales de la salud mental, lo más importante es que la persona enferma admita que en realidad se encuentra en serios problemas, de lo contrario, nada habrá valido la pena.

Después de “matarse de hambre”, Kemp ha hecho público este caso y le ha declarado la guerra a este trastorno. Ahora ella busca concientizar con su caso a muchas mujeres. “Yo sólo quiero que la gente hable si están luchando contra un desorden alimenticio. Hay una gran cantidad de ayuda disponible ahora”.

Para Leanne Thorndyke, portavoz de Beat, un grupo enfocado a ayudar a estas personas, “los trastornos alimenticios son enfermedades tratables y la rehabilitación total es posible. Cuanto antes alguien reciba el tratamiento más probabilidades hay de que se recupere completamente”.

Aún después de todo lo que ha vivido, Kemp sufre por superar este trastorno. “Todavía no he superado la anorexia sólo he aprendido a vivir con eso”, concluyó.