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Las 10 principales diferencias entre gordos y flacos
Por ggarcia@holadoctor.net
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Casi el 40% querría comer saludablemente
Uno de cada tres adultos y uno de cada seis chicos son obesos en los Estados Unidos. Las personas con sobrepeso no logran adelgazar, aún cuando un estudio de la Asociación Dietética Americana ha demostrado que el 38% reconoce que debería comer mejor. Pero, ¿qué hace que una persona sea delgada y otra tenga tendencia al sobrepeso?
Steve Siebold, ex atleta profesional y coach psicológico, enumera en su libro “Muere gordo o Ponte firme” las diferencias de hábitos y pensamiento entre las personas delgadas y las personas con sobrepeso u obesas. Conocerlas puede ayudar a tomar conciencia de nuestros hábitos poco saludables ¡y cambiar de estilo de vida para siempre!
1. Una persona gorda come por placer. Una delgada, para alimentarse
Muchas veces la comida se toma más por una actividad placentera que por una necesidad del organismo. Más si se tiene en cuenta que actualmente la comida está disponible a toda hora y no hay que procurarse el alimento como en tiempos remotos. Y eso da lugar a excesos. Así aumentan las tentaciones para aquellos que comen por placer, ya que a la vuelta de la esquina siempre habrá algún bocadillo que despierte el deseo.
Las personas delgadas comen para estar saludables y tener energía, en tanto que las personas obesas o con sobrepeso relacionan comida con felicidad y se tientan con todo tipo de productos que ven en las publicidades. Los flacos las ignoran y eligen comidas más saludables, por eso comer para estar sano o comer para estar feliz es una diferencia de enfoque que cambia todo.
2.Para un gordito, las dietas no funcionan. Para un flaco, es la gente la que no funciona
Un alto porcentaje de estadounidenses tiende a justificarse diciendo que "la dieta no ha funcionado", cuando en realidad no lo han intentando lo suficiente. Así no se culpan por haber fracasado o disimulan su falta de compromiso. Sin embargo, la primera regla para adelgazar es cumplir el plan de dieta para poder ver los resultados. Y no sirve hacerlo en parte, ¡la entrega tiene que ser total!
3. La persona con sobrepeso espera que alguien la rescate de la obesidad
La gente con exceso de peso suele culpar a los fabricantes de alimentos y a los restaurantes porque los hacen tentar. También esperan alguna ayuda externa que los ayude a perder peso. Los flacos saben bien que si llegaran a engordar, sólo los puede salvar el que se refleja en el espejo: o sea ellos mismos. No hay héroes que lleguen para salvarlos y su mantra es: “soy responsable.”
4. Una persona gorda come en forma emocional. Una flaca, en forma estratégica
Una persona obesa come, cuando se siente mal. Pero cuando está contenta también come, ya que es una manera de premiarse. Los delgados piensan diferente: evitan la ingesta emocional y eligen comer solo cuando tienen hambre. Y si quieren premiarse, buscan otro tipo de premios: un paseo, una caminata o algún producto de belleza, por ejemplo.
5.Para una persona con libras de más, perder peso es doloroso. Para alguien delgado, es un precio a pagar
La verdad es simple: estar saludable y en línea cuesta. No hay dieta que no requiera disciplina y sacrificio; tampoco existen pastillas mágicas, ni pociones para adelgazar. El flaco asume que tiene que hacer el esfuerzo mientras el gordo se lamenta y no hace nada.
6. Un gordito deja que el fracaso lo sobrepase; el delgado usa el fracaso para avanzar
La gente gordita asume que su futuro será igual a su pasado y nunca podrá modificarlo. Y cree que luego de haber fracasado con docenas de dietas o de haber perdido peso y haberlo recuperado, ya todo está perdido. Empiezan a hacer ejercicio y abandonan y tienen un sentimiento de fracaso que los inmoviliza.
La fuerza de volver a empezar
En su libro, Steve Siebold explica: "Una persona obesa que fracasó con una dieta no quiere comenzar con una nueva por miedo a que pase lo mismo que con la anterior. No tiene presente que todos han fracasado alguna vez, incluso varias veces. Los flacos, en cambio, saben que el pasado no es igual al futuro y aprovechan una recaída para tomar envión y volver a empezar".
7.Los gordos se dejan engañar con su imagen. Los flacos son realistas y objetivos
La sociedad emite mensajes contradictorios que no ayudan a la gente con sobrepeso. Expresiones como “lo grande es bello” y “las redondeces son agradables” pretenden alentar a que alguien con mucho sobrepeso se sienta conforme con su cuerpo. Así justifican un estado físico que les quita energía, vitalidad y entusiasmo. Incluso puede estar en riesgo la propia vida.
¿Es bueno ser el gordito feliz?
Según el autor Steve Siebold, "vivir en una falsa ilusión da permiso y justificación para seguir comiendo en exceso". En cambio, ser realista puede llegar a provocar mucho dolor emocional. Tanto como para terminar con ese comportamiento autodestructivo de ingerir más de lo necesario y llenarse de libras.
8. Quien necesita bajar de peso dice “empiezo el lunes”. El delgado sabe que ese día no llega nunca
La persona con sobrepeso se engaña a sí misma pensando que puede romper la dieta, volver a empezar el lunes y eventualmente tener éxito. El delgado en cambio reconoce que es una trampa psicológica y una excusa para comer de más y mantener la obesidad para siempre.
9. Para los gorditos el ejercicio es una carga...Para los delgados, algo que "necesitan" para sentirse bien
La gente con sobrepeso no disfruta ni valora la actividad física. Odia la idea de transpirar y perder tiempo y energía. La gente flaca en cambio, sabe que es un hábito saludable que no se puede dejar de lado. No lo aman ni lo odian: tienen la disciplina de saber que no es negociable.
9.Elecciones que mantienen gordos a los gordos y flacos a los flacos
Ser gordo o flaco es una elección ya que nadie está obligado a comer o a hacer ejercicio. Cada uno es 100 % responsable de la imagen que le devuelve el espejo, que surge de lo que se hace cada día, de las comidas que se eligen y del tiempo que se dedica a hacer ejercicio.
La gente obesa tiende a eludir responsabilidades o negar evidencias en lo que tiene que ver con la dieta y el sobrepeso. Frecuentemente culpan a la fábrica de alimentos, a la cadena de comida rápida o a los anunciantes. La gente delgada en cambio, es conciente de las elecciones que hace cada vez que se sienta a la mesa.