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Kate... ¿otra princesa anoréxica?
Por HolaDoctor
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Catherine, la nueva víctima
Catherine Middleton mide 5' 10'' y pasó en el último año de usar talla 6 a talla 2, según varios tabloides británicos. Un estudio de la Universidad Cornell asegura que el 70 por ciento de las novias pretende adelgazar 20 libras antes de la boda. Lo llaman "bridenorexia" (la anorexia de las novias). Pero la prensa está especulando con otro tipo de anorexia, la de las princesas.
Catherine, que se convirtió en "Duquesa de Cambridge" el 29 de abril, es víctima de la exaltación de la prensa que la llama "la princesa esbelta". Si bien no está confirmado que sufre un trastorno de alimentación, si está registrado lo que la vida real causó en muchas mujeres que se convirtieron en princesas.
Un estigma de las princesas modernas
El cuento de las princesas que las niñas tanto adoran puede ser para las de carne y hueso una puesta a prueba: desde Lady Di hasta Masako de Japón, desde Letizia de España hasta Victoria de Suecia, muchas sufrieron en sus cuerpos la presión de la realeza, del constante ojo público y de los rigores de la sangre azul.
La anorexia nerviosa y la bulimia son graves desórdenes de la alimentación, que se definen el primero por la negación a comer y el segundo por comer en exceso. Según la National Alliance on Mental Illness, son afecciones que distorsionan la imagen corporal, y que pueden poner en peligro la vida.
Lady Di, la princesa bulímica
La princesa Diana admitió en varias entrevistas que luchó contra la bulimia. "Comer cinco o seis veces por día era lo único que me hacía sentir confortable en la soledad de palacio", contó en una entrevista con la BBC en 1995. Lady Di dijo que el desprecio por su imagen fue parte de una profunda depresión: ella fue aceptada por el mundo, pero jamás por la reina.
Recobrarse de la anorexia y de la bulimia es posible. Si se detectan a tiempo, se pueden tratar y revertir el daño que causan en el organismo. Ambos desórdenes tienen en común el provocarse el vómito, y hasta lesionarse el cuerpo. Algo que Lady Di confesó haber hecho en varias oportunidades.
Letizia, menos cintura que una modelo
En 2005, la Casa Real española tuvo que sacar un comunicado desmintiendo que la princesa Letizia sufriera de anorexia. La revista "Hola" y "Paris Match" se preguntaron si Letizia no sufría el "mal de las princesas". Más allá de especulaciones, las fotos mostraron desde entonces a una Letizia cada vez más delgada.
La explicación real de la delgadez de Letizia llegó lejos. Dijeron que estaba flaca "por su constitución genética: comía de todo pero quemaba todo por su hiperactividad". La pregunta que aún nadie responde es por qué no tenía esa figura "genética" cuando era presentadora de TV.
Alertas sobre la mesa
La psicóloga Rosa Calvo, autora de "Anorexia y Bulimia: guía para padres y educadores", explica que la persona afectada por un trastorno alimentario comienza a comer de forma rara, corta la comida en trozos muy chicos, la organiza en el plato. Estos son signos de un posible problema.
En 1997, la Casa Real de Suecia confirmó que Victoria, su princesa de cuentos, sufría anorexia. Victoria, cuyos planes en aquél entonces eran estudiar en su país, tuvo que mudarse a EE.UU. y estudiar en la Universidad de Yale. Allí pudo tener una vida más anónima y seguir un tratamiento.
Madeleine, la hermana anoréxica
Y, al parecer, los trastornos alimentarios han sido un estigma para la familia real sueca. La princesa Madeleine, la hermana menor de Victoria, también confesó haber sufrido de anorexia durante su adolescencia. El problema se hizo público al mismo tiempo que el de su hermana.
Aunque la familia real de Mónaco jamás dijo nada públicamente, en 2007, la princesa Charlotte (izq.) hija de Carolina de Mónaco, mostró un cuerpo desnutrido que fue foco de decenas de artículos que la definieron como otra anoréxica de sangre azul. La bella joven recuperó su figura en 2009.
Victoria de Suecia dijo que su única meta era adelgazar a toda costa, porque no tenía conciencia de su cuerpo. Es más, la princesa contó que se probaba hasta 20 vestidos, porque sentía que su imagen no encajaba en ninguno de ellos... No es casual que las jóvenes anoréxicas se definan en su jerga como "princesas".
Masako, deprimida y anoréxica
Masako de Japón tenía una carrera prominente en la diplomacia cuando conoció al príncipe heredero Naruhito, se enamoró y su vida cambió: las reglas imperiales la hicieron caer en una profunda depresión y en la anorexia, males confirmados por la Casa Real japonesa en 2004.
La presión del heredero
No hay fotos de Masako en su peor momento porque practicamente permaneció recluida desde 2002. Los expertos en las "princesas anoréxicas" aseguran que en el caso de Masako, la imposibilidad de tener un hijo varón -en Japón sólo el varón es heredero al trono- devastaron la fortaleza de esta mujer que supo ser independiente y profesional.
Mary de Dinamarca conoció al príncipe Frederik en el 2000, en un pub. Cuatro años después... era princesa. En este caso la Casa Real danesa no lo confirmó, pero en los dos años subsiguientes, Mary perdió cerca de 40 libras. No superó la especulación pública ni siquiera cuando tuvo a su primer hijo en 2005.
Sangre roja, sangre azul
Excepto Victoria de Suecia, las princesas que sufrieron trastornos alimentarios tienen algo en común: todas son plebeyas convertidas en princesas por las vueltas del destino. Al parecer, la presión por la imagen, una vida dedicada a actos solemnes y a ser "esposas de" fueron una combinación letal que hasta ahora han superado con dignidad real.