Las bondades del yogur son indiscutibles: es una buena fuente de proteínas, calcio y vitaminas como B2 y B12 y es un probiótico con potencial suficiente para mejorar la digestión. Y es tan versátil que su textura y sabor pueden combinarse con cereales, frutas o prepararse como aderezo y siempre resulta delicioso.
Incluirlo en tu dieta diaria es aportar nutrientes que tu cuerpo necesita. Por sus tantas cualidades, además, suele ser una opción para quienes desean llevar un estilo de vida saludable o aquellos que hacen dietas para perder peso.
Pero todas esas bondades peligran cuando consumes yogures de marcas comerciales. Una nueva investigación publicada en el British Medical Journal en septiembre de 2018 dice que es necesario que comiences a preocuparte más por revisar detenidamente las etiquetas de su contenido nutricional.
El yogur que compramos en tiendas y supermercado puede ser una bomba de azúcar. El estudio analizó cerca de 900 presentaciones de yogur disponibles en supermercados y las clasificó en ocho categorías: niños, alternativas lácteas, postres, bebidas, saborizados, con frutas, natural/griego y orgánico.
El contenido nutricional es diferente en cada tipo, la única gran constante en todas las categorías es que la mayoría tenía mucha azúcar. Los investigadores calcularon la cantidad media de azúcar por cada 100 gramos del alimento, los clasificados como postre tenían la mayor cantidad: 16.4 gramos.
No es de extrañar que un yogur tipo postre sea bastante dulce, pero la segunda categoría con más azúcar fue la de los orgánicos, con 13.1 gramos, seguida de los infantiles, con 10.8, de acuerdo a los investigadores de la Escuela de Ciencias de Alimentos y Nutrición de Universidad de Leeds.
Muchos padres suponen que este es un alimento óptimo para ofrecer a sus pequeños. El contenido de azúcar diario recomendado para niños de 4 a 6 años no debe exceder los 19 gramos, la mayoría de los yogures de esta categoría contribuye significativamente a esa cantidad.
El yogur natural/griego fue la única categoría que se diferenció del resto: su contenido de azúcar promedio fue inferior a los 5 gramos y tenía un mayor contenido de proteína. En general, menos del 9% de los yogures analizados calificaron como bajos en azúcar.
Aunque la investigación se hizo en el Reino Unido, donde las etiquetas nutricionales son diferentes a las de Estados Unidos, no es una situación que se limite al país europeo. Los niveles de azúcar en el mercado de yogures son alarmantes, más en un mundo donde la obesidad en adultos y niños va en aumento.
Comerte un vasito de yogur puede ser equivalente a comerte un postre. A menos que el envase diga que tiene edulcorantes artificiales, si tu yogur sabe dulce, es probable que tenga mucha azúcar. Los autores del estudio recomiendan un etiquetado más claro para que cada consumidor esté consciente de lo que está comprando.
Otros estudios indican que las personas tienden a creer que los productos etiquetados como "orgánicos" son más saludables. Los consumidores no sospechan de que detrás de esa idea de “alimento saludable ideal para la dieta” hay grandes cantidades de azúcar.
Una buena opción es hacer yogures en casa, pero debes tener cuidado: Un estudio mostró que las personas agregaron un promedio de 13.6 gramos de azúcar a su yogurt al añadir toppings. Miel, siropes y chispas de chocolate pueden echar por tierra todos tus esfuerzos para disminuir el consumo de azúcar.