El fenómeno del contorsionismo ¿es arte o enfermedad?

La gran mayoría de los contorsionistas son mujeres, quizás debido a que su anatomía les concede mayor flexibilidad, aunque también hay hombres que lo practican. Los ejercicios extremos constituyen una forma de espectáculo a nivel mundial desde hace siglos.

Una gran cantidad de contorsionistas han conseguido su flexibilidad con trabajo y dedicación, a esto se le denomina flexibilidad inducida. Dentro de este grupo, se encuentran también las personas que han practicado gimnasia rítmica, gimnasia deportiva, yoga o ballet.

Julia Gunthel, cuyo nombre artístico es “Zlata”, tiene 26 años y nació en Kazajistán, Rusia, es una de las contorsionistas más famosas de todo el mundo. Vive gracias posar para campañas publicitarias, calendarios, animar fiestas y promocionar productos. Ella hace de su flexibilidad, un verdadero arte.

Otro grupo de contorsionistas padecen el síndrome de Marfan, por eso sus articulaciones no tienen barreras. Es un trastorno del tejido conectivo, que es como la fortaleza de las estructuras corporales, según la Biblioteca Nacional de Medicina. Afecta a los sistemas esquelético y cardiovascular, y es causado por un defecto genético.

El defecto en el gen también causa crecimiento excesivo de los huesos largos del cuerpo, lo cual provoca la estatura elevada y las piernas y las manos largas características que se observan en las personas con este síndrome. También afecta a los ojos y la piel.

La contorsionista rusa Zlata descubrió a los cuatro años que por la condición mencionada, podía doblarse sin límites. Esto la llevó a ser una gran gimnasta y a comenzar a entrenar en el arte del contorsionismo, una disciplina muy exigente. Un mito existente es que estas personas tienen más articulaciones, esto es falso.

Casi 50 mil personas en EEUU son diagnosticadas con el síndrome de Marfan cada año. Como el defecto genético puede ser transmitido a los niños, quienes lo padecen deben consultar al médico antes de tener hijos, aunque en el 25 % de los casos, son personas de padres sanos, informa el Instituto de Corazón de Texas.

Uno de los actos favoritos de Zlata es doblarse hacia atrás en un ángulo perfecto de 90 grados. Su talento también incluye introducirse en cajas de tan sólo 50 centímetros. En la antigüedad, se creía que los contorsionistas bebían aceite de serpiente para ser más flexibles.

Zlata tiene la ambición de poder actuar en películas. Ha declarado que se cansa como cualquier persona, y que le puede resultar incómodo estar en una pose durante mucho tiempo cuando hace una sesión de fotos. Además, declaró que lleva una dieta sana y entrena muy duro para mantenerse flexible.

Los signos se manifiestan con el tiempo, pero sólo alrededor de un 40 a 60 % de los pacientes presentan síntomas, como problemas cardíacos o en la aorta. También pueden tener escoliosis, miopía, articulaciones flojas (laxitud) o muy flexibles, además de músculos, tendones y ligamentos contraídos.

Las personas con síndrome de Marfan deben ir al médico periódicamente. Puede ser necesario realizar estudios como radiografías de tórax y ecocardiografía por lo menos una vez por año para revisar el corazón. También podrían ser necesarias las ecografías abdominales, según el Instituto del Corazón de Texas.

Las personas con el síndrome de Marfan que tengan afecciones de las válvulas cardíacas deben tomar antibióticos antes de someterse a tratamientos dentales para prevenir la endocarditis. También se debe vigilar muy de cerca a las mujeres embarazadas con este síndrome, por posibles problemas cardíacos. (Biblioteca Nacional de Medicina).