La historia de Malala Yousafzai es un gran ejemplo de superación frente a situaciones extremas. Pero también es un caso donde la ciencia y la fe se dan la mano. Conoce otros casos de personas que como ella, empezaron una vida nueva después de intervenciones quirúrgicas arriesgadas e increíbles.
Malala, baleada por estudiar
Por asisitir a la escuela, en octubre de 2012 fue víctima de un atentado de los talibanes donde recibió disparos en el cráneo y cuello. En el University Hospitals Birmingham, Inglaterra, le realizaron una complicada cirugía de 5 horas para reconstruirle el cráneo mediante un molde de titanio y le colocaron un implante coclear que le permitió recuperar la audición.
2014: ganó el Premio Nobel de la Paz
Malala Yousafzai, la joven pakistaní nacida en 1997, sigue asombrando al mundo con su valentía y sus valores. Es la flamante Ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2014 y es la persona más joven galardonada con ese premio en cualquier categoría. "Éste es el principio" dijo la joven que defiende en su país, el derecho de las mujeres a la educación.
Compartían el cuerpo
Las gemelas Angelica y Angelina Sabuco, de Filipinas, nacieron unidas en el pecho y el abdomen, y sus padres viajaron a EE.UU. para que fueran separadas. Fueron necesarios 20 médicos y más de 6 horas de quirófano en el Lucile Packard Children's Hospital Stanford, en California, para darles a cada niña su cuerpo y reconstruir los tejidos compartidos dañados.
Libres y felices
“Queremos que lleven una vida normal”, dijo Ginady Sabuco, la madre de las niñas. “Que cuando discutan, puedan estar solas. Cuando jueguen, puedan jugar juntas o por separado. Que cuando no quieran verse, no tengan que hacerlo”. El doctor Gary Hartman, quien las operó, dijo que mantener conectadas a las niñas generaría mayores riesgos a su salud que el procedimiento de separación.
Mujer que nació sin útero fue madre
Nacer sin útero no fue un impedimento para una mujer de 36 años de identidad reservada, quien logró ser madre gracias a un trasplante. Fue la primera en el mundo en dar a luz después de recibir una donación de útero. La operación fue realizada en el Hospital Sahlgrenska de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia, (foto) y representa un avance decisivo contra la infertilidad.
Una vida nueva
Después de recibir la donación de una amiga y someterse a una Fecundación In Vitro (FIV) en octubre de 2014 nació en Suecia el bebé que marca un hito histórico. “En el parto sentimos mucha felicidad pero, a la vez, fue una sensación irreal”, dijeron los médicos intervinientes. “La madre está feliz y con buena salud" anunciaron.
"Plantar" la mano en el pie
Xiao Wei, de Changde, China, perdió totalmente su mano en un accidente. En un intento desesperado por salvar ese miembro, los médicos del hospital local decidieron implantarla en su tobillo y "mantenerla viva" allí, ya que no podían hacerlo en su lugar en ese momento por el gran daño de los nervios de la zona.
Recuperó su mano
Un mes después de tener la mano adosada a su tobillo, Xiao Wei fue sometido a una larga intervención de 8 horas y la mano por fin volvió a su lugar. Según los médicos, el joven tendrá que someterse a varias cirugías más, pero de a poco está recuperando movilidad y sensaciones en la mano implantada.
Vivía escondida por vergüenza
Lessya Kotelevskaya, una ucraniana de 30 años tendrá un rostro y una vida nueva después de haber sido sometida a una compleja intervención quirúrgica en el University of Louisville Physicians. Debieron reconstruir la cara por completo con huesos, titanio e implantes de tejido. Ella recibió en Ucrania, radiación por un cáncer que no tenía.
Empezar de nuevo
Muchos colaboraron para obrar este milagro: su primo, quien la trajo al país, y el hospital, donde los médicos donaron su tiempo. Lessya fue diagnosticada con cáncer a los 19 años y recibió un tratamiento que le arruinó la cara; no podía comer y vivía escondida. Su marido la dejó y acabó limpiando de noche y viviendo en un garage, pero después de ser intervenida, declaró que comenzaba una nueva vida.
Trasplante de vaginas
Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest en Winston-Salem, Carolina del Norte, lograron crear vaginas con células de las propias pacientes. Y les devolvieron a cuatro mujeres, una nueva vida con sensaciones y desempeño femenino igual que las demás. Ellas carecían de vagina por padecer una rara enfermedad.
Una vida plena
Sufrían de agenesia vaginal o síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser, que provoca que el sistema reproductivo no se desarrolle correctamente. El estudio, publicado en The Lancet, reporta que las jóvenes tienen un funcionamiento sexual pleno. “Llevo una vida normal y me siento afortunada con la cirugía” declaró una de las pacientes.
Había perdido sus manos
Una mujer del valle de Delaware recibió un trasplante doble de manos. En una extensa operación de 12 horas, Lindsay Ess recuperó lo que había perdido en un accidente. Ya pasaron dos años y recién ahora siente que esas dos manos son suyas, contó que fue muy duro darse cuenta que eran de alguien que acababa de morir.
Recuperar la fe
Ess vivía al margen y sin capacidades: ahora es una de las beneficiarias de un procedimiento quirúrgico futurista. Sólo 70 personas en el mundo han recibido un trasplante de manos, pero muchos menos han recibido dos. La intervención fue realizada en el Hospital of the University of Pennsylvania
"Mi cara daba miedo"
Richard Lee Norris, de 37 años, de Virginia, perdió gran parte de la cara en un accidente con un arma, sin embargo, en 2012 atravesó por una cirugía en la que se le realizó el trasplante de cara más completo y difícil de la historia -duró 36 horas- en el University of Maryland Medical Center. Vivía aislado y avergonzado por su aspecto.
Salir al mundo
"Ahora ya no me miran, puedo salir a la calle sin que la gente haga comentarios sobre mí", comentó Norris. Él es capaz ahora de hablar, gesticular, comer, saborear y percibir olores. "Lo que deseo es seguir con mi vida: ahora puedo empezar a trabajar en la nueva vida que me han dado" fue su feliz declaración.
Reconstruir el cráneo
Ethan Mair, de Reino Unido, nació con craneosinostosis, un trastorno que hace que se fusione el cráneo antes del nacimiento e impida el crecimiento cerebral. Fue sometido a una difícil cirugía donde debieron romper el cráneo y volver a armarlo cual rompecabezas, en una extensa y arriesgada intervención, pero sin ella, hubiera muerto.