Un estudio de la Universidad de Toronto, Canadá, descubrió que el llanto de un bebé reduce la atención de los padres hacia la tarea que están haciendo y puede disparar un conflicto cognitivo que complicaría la toma de decisiones. “Esto podría ayudar a los padres a focalizar su atención voluntariamente”, explicó Joanna Dudek, autora del estudio.
Cuando un bebé empieza a llorar por lo general los padres están ocupados en alguna otra tarea. Por lo que, al saber esto, un padre podría tomar la decisión: ya sea de atender al bebé o de seguir haciendo lo que está haciendo. Pero a conciencia.
Es común que los bebés lloren, en especial a la tarde o a la noche temprano. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), “llorar entre 2 a 3 horas por día en las primeras 3 semanas es normal”. Entre la segunda y cuarta semana, los padres empiezan a sentirse frustrados porque todavía no pueden lograr “calmar” al bebé cuando está llorando.
Llorar es normal
En 2002, la Academia Americana de Pediatría, en Georgia, creó un programa piloto para ayudar a los padres a lidiar con el llanto del bebé y para reducir las reacciones violentas de algunos padres al no poder calmar a sus hijos. Para ello, crearon diferentes herramientas con mensajes que recuerdan que llorar es algo normal, cuando uno tiene un bebé pequeño.
Los bebés usan el llanto como su única forma de comunicar sus necesidades. Por lo que, antes de implementar algún método para calmar a tu pequeño, primero descarta que no tenga sucio el pañal y que tampoco tenga ni hambre ni sueño. Luego, puedes aplicar algunos de los consejos de la Academia Americana de Pediatría.
La rutina es fundamental en los niños y también con los bebés: aunque uno los ve muy pequeños, ellos aprenden a reconocer el momento de dormir, de comer, de bañarse y eso los ayuda a relajarse. Por otro lado, respetar una rutina, ayuda también a los adultos a evitar sobresaltos y a organizarse mejor.
Esto evitará que se golpee si se mueve mucho y además podría ayudarlo a relajarse, explica el Centro Médico de la Universidad de Rochester. Importante: si hace mucho calor, evita abrigarlo demasiado. Además, no envuelvas demasiado las piernas, para que pueda moverlas libremente.
Los bebés que son alzados más, lloran menos, según la Universidad de Rochester. Si lo llevas contigo en una mochila portabebé por varias horas por día tu bebé llorará menos y tendrá el sonido, la temperatura y el movimiento que lo hará sentir confortable. Además escuchará tu respiración y sentirá los latidos de tu corazón. Importante: no cubrir nunca su cara.
4. ¡Haz ruido!
Hay quienes aseguran que su bebé se calma cuando escuchan el sonido de la aspiradora. Esto, según los expertos, sucede porque son sonidos que escuchaban dentro del vientre que, además, los separa de la estimulación exterior. Puedes probar con un ventilador, la lavadora o incluso grabar la aspiradora. Toma nota: todo esto debe ser en un volumen bajo, si no podría dañar su audición.
5. ¡Muévete!
Si sigue llorando y ya hiciste todo lo anterior, puedes salir a dar una vuelta en el cochecito o incluso puedes pasear en el auto; también puedes intentar bailar con tu bebé en brazos. El movimiento algunas veces los relaja.
6. Ofrécele el chupete o el pecho
Los bebés encuentran la succión muy relajante. Si estás amamantando y tu bebé está llorando, podrías probar de darle el pecho, ya que es algo que generalmente los calma. Por otro lado, los chupetes (o chupones, como se les dice en México) puede ayudar a evitar que el bebé deje de chuparse el dedo.
La Academia Americana de Pediatras recomienda el uso del chupete recién después de que el bebé ha empezado a amamantarse correctamente (3 a 4 semanas de vida). Aunque, según la Clínica Mayo, si el bebé está llorando es recomendable primero intentar cambiarlo de posición, cerciorarse de que no esté mojado o que tenga hambre.