Alcohol vs café, ¿cuál es mejor?

Por ejemplo, una de las zonas cerebrales que más se inquieta con el consumo de ambas bebidas es el córtex, el cual está encargado de controlar los pensamientos, la conciencia, el lenguaje y la interacción. Sin éste, simplemente vagaríamos por el mundo como si fuéramos unos completos zombies.

Cuando el alcohol golpea esta área es natural que al poco tiempo te sientas fuera de foco, pues dicha bebida produce un efecto en que libera el cerebro de las conexiones profundas y pendientes de las que normalmente estás a cargo. No obstante, tiene un fin benéfico.

De acuerdo con varias investigaciones, cuando el alcohol llega a la sangre y alcanza un nivel de 0.07 gramos por cada 100 mililitros, mismo que se puede lograr con sólo consumir dos bebidas, empezarás a sentirte más creativo, un resultado totalmente diferente que lo que produce el café.

Para demostrar lo anterior, un estudio publicado por la revista científica Science News destacó la habilidad, astucia y rapidez que tuvo un grupo de personas al que se le dio alcohol para resolver ciertos problemas, incluso, por encima de otro grupo que no bebió.

Uno de los procesos más comunes que suceden nivel cerebral se da cuando la adenosina (encargada de la transferencia de energía) se une con sus receptores, lo cual da pie a la sensación de estar con sueño. Sin embargo, en el momento en que la cafeína llega al cerebro, los receptores se unen con ésta en lugar de la adenosina.

Al alterarse esta actividad natural, ya no se produce un efecto sedante, sino todo lo contrario, lo que da como resultado el que te sientas con mucha más energía de lo normal. Esta es la razón por la cual muchas personas deciden arrancar su jornada de la mano del café. (Con información de la Biblioteca Nacional de Medicina).

Según los resultados mostrados, si estás buscando un momento creativo, entonces acercarte unos tragos de cerveza a la garganta puede resultar productivo, pero si lo que buscas es ejecutar mejor una idea, entonces sumérgete en el sabor del café. Usar esta ecuación de la mejor manera podría traerte buenos resultados.

En pocas dosis tanto el alcohol como el café pueden servir como estimulantes, pero en exceso son perjudiciales. Por una parte, cuando se alcanza un nivel de 0.10 de alcohol en la sangre las dificultades de pronunciación se hacen presentes; al 0.20 hay deterioro motriz; al 0.30, confusión; 0.50 coma y 0.60, parálisis respiratoria y muerte.

En tanto, de acuerdo con el Dr. Norman Schmidt, de la Universidad Estatal de Florida, cuando se toma más café de lo normal también hay efectos negativos, puesto que se sobre bloquea la adenosina y se pueden desatar ataques de ansiedad, estrés y pánico.

Por otro lado, un informe publicado en el Diabetes Care encontró que consumir moderadamente alcohol (un trago diario para las mujeres y dos para los hombres), reduciría el riesgo de contraer diabetes tipo dos hasta en un 30%.

Muchos creen que el alcohol sube el azúcar, pero es al revés: según la Dra. Ameena Ahmed, de Kaiser Permanente, "Un consumo moderado de alcohol mejoraría la sensibilidad a la insulina, ayudando a controlar tus niveles de glucosa; sin embargo, mucho alcohol tendría el efecto contrario, lo que agravaría tu diabetes".

De acuerdo con la Dra. Katherine Zeratsky, de la Clínica Mayo, “la cafeína ayudaría en alguna medida a perder peso; esto se debería a que este compuesto inhibe el apetito al mismo tiempo que promueve la quema de calorías al incrementar la producción de calor corporal”.

También se ha encontrado que beber alcohol además de dañar el hígado también afecta la memoria. Un estudio dado a conocer en la Sociedad Británica de Psicología alertó que los adolescentes que consumen grandes cantidades de alcohol corren el riesgo de sufrir lagunas y problemas mentales días después de un consumo excesivo.

En tanto, “la cafeína y otros compuestos del café alterarían el ritmo cardiaco y el funcionamiento del sistema cardiovascular, por lo que tomar más de cuatro tazas de café al día podría elevar hasta en 64% el riesgo de enfermedad cardiaca en algunas personas”, advierte el Dr. Ahmed El-Sohemy, de la Universidad de Toronto.

Favorablemente, consumir un poco de café es auxiliar en el combate de la depresión, debido a la influencia que ejerce la cafeína en la química cerebral al propiciar y bloquear diversos neurotransmisores, lo que, en palabras del Dr. Bertil Fredholm, del Instituto Karolinska de Suecia, “reduciría este riesgo en un 20%”.

Tanto el alcohol y el café generan tolerancia en el cuerpo humano. Esto quiere decir que si se consume de manera muy habitual, se requerirán cada vez de mayores cantidades para comenzar a sentir sus efectos, lo cual incrementa los riesgos de dependencia, así lo informa la Biblioteca Nacional de Medicina.

Te gusten o no, lo que es un hecho es que ambas bebidas forman parte de la ingesta frecuente de millones de personas en todo el mundo y su consumo debe ser responsabilidad de cada quien. Disfrutar de un delicioso café por la mañana o de una cerveza en un día caluroso, no tiene nada de malo, todo está en la moderación.