Alcohol: lo que necesitas saber en este 2015

Para empezar, un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dado a conocer a principios de 2015, reveló que el alcohol mata en promedio a seis personas al día, y al año a 2,200 estadounidenses por intoxicación.

Estos decesos generalmente son causados por el consumo de grandes cantidades de alcohol en un periodo breve de tiempo, lo que provoca que en el organismo dejen de funcionar las áreas cerebrales que controlan la respiración, la frecuencia cardiaca y la temperatura corporal que más tarde conducen al estado de coma o incluso la muerte.

Además, otro de los mayores peligros de consumir alcohol es la exposición considerable a presentar cirrosis, una enfermedad que se caracteriza por el funcionamiento deficiente del hígado, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina. Aunque muchos ya sabían sobre este riesgo, quizás ignoraban un punto muy importante.

Según una investigación publicada en la revista Journal of Hepatology, el consumo reciente de alcohol y no el consumo de por vida es el predictor más fuerte de la cirrosis alcohólica, muy contrario a lo que se pensaba. Esto tampoco quiere decir que quienes beben diariamente, no corren riesgo de exponerse a dicha afección.

Los resultados anteriores también buscan desmentir las versiones que señalan que consumir un trago de alcohol al día es benéfico para la salud. De hecho, Gro Askgaard, autor del estudio, halló que quienes bebían en promedio los siete días a la semana tenían más probabilidades de sufrir problemas de hígado.

La culpa, después de todo, no debería recaer por completo en el alcohol, al menos eso sugiere otra reciente investigación hecha en la Escuela de Salud Pública de Harvard, que indica que las personas que son más adictas a su trabajo son quienes más recurren a las bebidas alcohólicas.

En el estudio, Cassandra Okechukwu, la autora principal, analizó los datos de 330,000 personas provenientes de 14 países, de diferentes edades, grupos de trabajo y generaciones, y encontró que a mayor estrés y privación del sueño a causa de un puesto laboral, mayor es la dependencia hacia la botella.

Por otro lado, el consumo de tales bebidas en los jóvenes cada vez más va en aumento y en este 2015 la tendencia no cambiará. De acuerdo con la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, la influencia que ejerce la publicidad de la televisión sobre ellos es un factor determinante.

Luego de encuestar a jóvenes de entre 15 y 23 años se halló que muchos de ellos reconocieron a la perfección varias de las marcas y sus slogans. Lo preocupante es que la publicidad indujo a varios a consumir alcohol por primera vez.

Si vemos al alcohol como negocio, éste deja en el país jugosas ganancias, alrededor de 200 mil millones de dólares al año, según Euromonitor Internacional, una empresa de investigación de mercado. De esta cifra, la cerveza ocupa el 45% del dinero o 93 mil millones. Aquí otra razón por la que hay más dependencia por el trago.

Para aquellos que a pesar de leer lo anterior quieren seguir tomando, pero sin sentir una pizca de culpa, abrirse a las nuevas alternativas del mercado podría ser una buena opción. Una de ellas es la bebida Kombrewcha, una cerveza mezclada con té, hecha sin malta o cebada, libre de gluten con sólo 2% de alcohol en su volumen.

Además, en su etiqueta ostenta las propiedades de las bebidas probióticas, con generosas cantidades de ácido fólico, antioxidantes y sólo 65 calorías. Por su parte, Heineken ha introducido a EU el Amstel Radler, que es 40% cerveza y 60% jugo natural de limón y sólo cuenta con 2% de alcohol, pero con 145 calorías.

Para aquellos que después de una ingesta exagerada de alcohol temen la llegada de la inevitable resaca, también hay buenas noticias, pues David Nutt, un profesor en neuropsicofarmacología en el Imperial College de Londres, ha creado un producto no tóxico capaz de evitar éste y otros malestares.

Se trata de la alcosynth, diseñada para imitar los efectos del alcohol pero con la cualidad de eliminar los riesgos de sufrir toxicidad hepática, así como la agresión, pérdida del control y resaca. Aunque proviene de la familia del Valium, Nutt sostiene que no es adictiva y no tiene síntomas de abstinencia.

Si bebes más tiempo de lo planeado, has intentado dejar de tomar pero no has podido; el consumo de alcohol ha afectado tu aspecto laboral, escolar, familiar o sentimental; o necesitas cada vez beber más para sentir sus efectos, los CDC recomiendan acudir con un médico. Existen diversos tratamientos para dejar la bebida.