Cuidar la piel a veces parece todo un reto: es el órgano más grande del cuerpo, son muchas las afecciones que puede sufrir y los productos para tratarlas suelen ser caros. Sin embargo, existen opciones que no golpean nuestro presupuesto y a su vez son efectivas. La vaselina es una de ellas y aquí te contamos cómo y para qué usarla:
También llamada jalea o gelatina de petróleo o petrolato, la vaselina es una mezcla homogénea de hidrocarburos saturados de cadena larga, que se obtienen a partir del refinado de una fracción pesada del petróleo. Es de uso común y económica, avalada por muchas instituciones de salud para el cuidado de la piel, por lo que suele encontrarse en los botiquines caseros para tratar distintos problemas.
Aliviar la resequedad
Es común que se formen escamas y grietas que pican e incluso sangran en algunas zonas de la piel. Para aliviar la resequedad las pomadas son más efectivas y menos irritantes que las lociones, así que la vaselina es una excelente alternativa. Los especialistas señalan que se obtendrán mejores resultados si la utilizas cuando la piel está húmeda.
Párpados y labios
La piel de los párpados es la más delgada del cuerpo y puede irritarse fácilmente. En este caso también puedes usar vaselina para prevenir la aparición de escamas y la sequedad. Para ello, aplica una pequeña cantidad para hidratarlos y protegerlos. También puedes usarla en los labios, para evitar que se agrieten o resequen.
La vaselina ayuda a curar heridas leves como cortes y rasguños porque mantiene la lesión húmeda e impide que se forme una costra (que tarda más en curarse). También evitará que se forme una cicatriz demasiado grande, profunda o que pique, y si la usas a diario, no necesitarás ungüentos antibacterianos.
Para usarla sobre heridas esparce una capa delgada de vaselina para mantener la superficie húmeda y ayudar a prevenir las cicatrices. Recuerda que si notas cualquier reacción extraña, como una erupción leve, lo mejor es dejar de usarla y consultar al médico.
Prevenir la irritación
La irritación es una reacción dolorosa que se produce cuando las partes del cuerpo se frotan entre sí o contra la ropa. Para evitar el roce que pueda provocar ampollas en la piel, los profesionales recomiendan aplicar vaselina en las áreas afectadas.
Alivio para los bebés
La mejor manera de prevenir la rozadura de pañal es mantener la piel del bebé lo más seca y limpia posible, pero si esta ya apareció, ponle vaselina cada vez que le cambies el pañal. En unos tres o cuatro días la erupción debería desaparecer, de lo contrario, deberás consultar a un pediatra.
Hidratar tus uñas
Si con frecuencia te pintas las uñas con esmalte, es posible que estas se resequen. Usa vaselina, también en las cutículas, entre las aplicaciones de esmalte, esto minimizará la fragilidad y ayudará a evitar que se astillen. Igual que con el resto de la piel, utiliza vaselina cuando las uñas estén húmedas para obtener mejores resultados.
La dermatitis seborreica del lactante, también conocida como costra láctea, son escamas que aparecen en el cuero cabelludo del bebé. En el caso de que sean muy duras, los especialistas recomiendan aplicar vaselina y envolver la cabeza con tela húmeda y tibia. Después de una hora se debe bañar al pequeño.
Contra la piel enrojecida
Después de una exfoliación química ligera o media, la piel tratada estará enrojecida, seca y levemente irritada. Diferentes investigaciones encontraron que aplicar un ungüento protector, como la vaselina, sirve para calmar esta dolencia.
Precauciones
Si bien la vaselina tiene muchos beneficios, no debe utilizarse para todo. Por ejemplo, evita usarla en el rostro si tienes tendencia al acné, ya que puede causar o profundizar los brotes. Si tienes dudas sobre tu piel o cómo cuidarla, lo ideal es que consultes a un dermatólogo para que determine el mejor tratamiento.
¿Sirve la vaselina para las quemaduras solares?
Aunque en muchos portales circule información que invita a usar vaselina para aliviar las quemaduras solares, los profesionales advierten que eso es un error. En su lugar, optar por aplicar aloe vera o sábila, rodajas de tomate o papa, avena, o leche.
Fuentes consultadas:
Academia Estadounidense de Dermatología, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.