Todo hemos tenido alguna vez gripe, y recibimos muchos consejos por parte de amigos y familiares sobre cómo lidiar con ella. Durante la temporada de gripe es importante tomar las medidas adecuadas para mantenerte saludable y prevenirla. Saber diferenciar los mitos de las verdades es fundamental, aquí te ayudamos a lograrlo:
¿Es un resfriado más fuerte?
Muchas veces gripe y resfriado son usados indistintamente, aunque son patologías distintas. Mientras que el resfriado es causado por más de 200 tipos de virus, la gripe es provocada por tres tipos de virus de la influenza A, B y C. La gripe es peor que el resfriado, sus síntomas son más intensos y puede desencadenar en infecciones, hospitalizaciones, neumonía e incluso la muerte.
El virus de la influenza muta cada año. Vacunarte todos los años es importante para que te asegures tener inmunidad contra las cepas que tienen más probabilidades de causar un brote en la temporada correspondiente.
¿Con la vacuna se contrae la gripe?
Muchos creen que se puede contraer la gripe por la vacuna, porque existen casos de contagios después de colocársela. Pero esto no quiere decir que los provocó, sino que no brindó la protección suficiente. La vacuna está hecha de un virus inactivado que no puede trasmitir infecciones, e incluso si no evita que te contagies, puede disminuir la probabilidad de síntomas graves.
¿Solo con la vacuna basta?
Es común creer que lo único que se necesita para protegernos contra la gripe es vacunarnos contra la influenza. Pero, los expertos advierten que hay una serie de medidas que debemos tener en cuenta durante la temporada, además de la vacunación: evitar el contacto con personas contagiadas, lavarte las manos con frecuencia, y tomar medicamentos antivirales recetados.
Estoy sano ¿necesito la vacuna?
La vacuna contra la gripe es especialmente importante para las personas que padecen una enfermedad crónica o son mayores 65 años y menores de 2. Sin embargo, cualquiera, incluso la gente sana, puede beneficiarse con su aplicación. Las autoridades sanitarias recomiendan la vacunación anual contra la influenza para todas las personas mayores de 6 meses, incluidas las mujeres embarazadas.
¿Debo tomar antibióticos?
Cuando la fiebre es alta y la gripe se extiende por unos cuantos días, muchos creen que necesitan antibióticos. Estos funcionan bien contra las bacterias, pero no son efectivos para una infección viral como es la gripe. Algunas personas pueden desarrollar una infección bacteriana como consecuencia de la gripe, por lo que se aconseja hacer un examen si los síntomas se prolongan o empeoran.
Si me siento bien ¿puedo contagiar?
La gripe es fácilmente identificable porque causa fiebre, dolores, tos, congestión, secreción nasal, fatiga y escalofríos. Pero, según advierten los expertos, entre 20 y 30% de las personas portadoras del virus pueden ser asintomáticas, es decir, pueden contagiar aunque no presenten síntomas. Por lo tanto, sentirse bien no es garantía de no propagar el virus.
Sin abrigo y con el pelo mojado
Históricamente se asoció a la gripe con salir a la calle en un clima frío sin abrigo, con el cabello mojado, o al estar expuestos a corrientes de viento. Lo cierto es que la única forma de contraer la gripe es exponiéndose al virus de la influenza. La temporada de gripe coincide con el clima frío, por eso, a menudo se la vincula con un ambiente frío, pero no están necesariamente relacionados.
Alimenta un resfriado, mata de hambre la fiebre
Esta es una vieja idea que tiene su origen hace siglos, cuando se consideraba que en las enfermedades causadas por bajas temperaturas, como los resfriados, se debía estimular el organismo comiendo, mientras que en las causadas por altas temperaturas, como la fiebre, había que abstenerse. Hay pocas razones para hacer esto, una mala nutrición no te ayudará a mejorar y debilitará tu sistema inmunitario.
Una creencia muy popular es que ciertos alimentos, especialmente las sopas o caldos, acelerarán la recuperación de la gripe. Los líquidos calientes pueden aliviar el dolor de garganta y proporcionar los líquidos que tanto se necesitan, pero no tienen otras cualidades específicas que puedan ayudar a combatir la gripe.
Fuentes consultadas:
Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Mayo, Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Escuela de Medicina Harvard, Flu.gov, Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.