La temporada de invierno parece dar rienda suelta a infinidad de creencias sobre la salud. Están tan arraigadas en nuestras mentes y las hemos escuchado tanto que puede ser difícil reconocer que se trata de simples mitos con poco o nada de base real.
En invierno el frío aumenta y todos queremos mantener la salud, pero debes dejar a un lado los mitos y tomar medidas que de verdad te beneficien. Con ayuda de varios estudios, definimos cuáles son esas afirmaciones que no debes tomar en cuenta durante este temporada.
1. Si me lavo las manos con desinfectante, no enfermaré
Está bien que lo uses, pero ten claro que el desinfectante no es capaz de matar a todos los virus; el norovirus, que causa vómitos, es un ejemplo. Cuando lo apliques pon suficiente y deja que se seque completamente. Y no olvides siempre lavar tus manos con agua y el jabón.
2. Las alergias desaparecen en invierno
En realidad, las alergias pueden ser la causa de la congestión nasal y la garganta irritada. Según la Fundación Americana de Asma y Alergia, una de cada cinco personas las padece y la variedad en espacios es aún mayor en invierno.
3. Un poco de alcohol es bueno para calentarme
Puede que una bebida alcohólica te dé sensación de calidez, pero lo que ocurre es que “los vasos sanguíneos se dilatan o crecen, y la sangre fluye hacia tu piel y se aleja de tus órganos internos. Por lo tanto, puede parecer que te estás calentando, pero no es así", explica Niket Sonpal, internista y gastroenterólogo certificado por la Junta de Nueva York.
En invierno los rayos del sol son tan fuertes como en cualquier otra estación. Si vives en una región donde neve, debes tomar más precauciones aún: la nieve y el hielo pueden reflejar hasta el doble de luz solar. Usa protector con SPF 30 a diario y no olvides tus gafas de sol para cuidar tus ojos.
5. El frío me hace almacenar grasa y engordo
A diferencia de algunos animales, los seres humanos no entran en modo hibernación ni acumulan grasa en sus cuerpos para usar en tiempos de escasez. Si aumentas de peso en invierno es por tus hábitos: haces menos ejercicio y comes más y con más calorías.
6. Si no me abrigo la cabeza, mi cuerpo pierde todo su calor
Un estudio de 2006 mostró que la cabeza equivale al 7% de la superficie del cuerpo y la pérdida de calor es proporcional. "Tu cabeza es otra extremidad y es susceptible al frío, por lo que debes usar un sombrero, pero no pierde más calor que otra parte de tu cuerpo", dice Sonpal.
7. Un té o una sopa de pollo curarán mi resfriado
Esta es una creencia clásica. Hay quienes creen que beber líquidos calientes como té o sopas hace bien cuando tenemos un resfriado. Es cierto que una sopa de pollo puede ayudar a aliviar la congestión, pero al igual que la vitamina C, no hace maravillas.
8. Si tengo fiebre, es mejor no comer
Hay quienes creen que si tienen un resfriado, la comida los calentará, pero si hay fiebre alta, no comer los enfriará. La verdad es que una buena nutrición le da a tu cuerpo el combustible que necesita para combatir infecciones y recuperarse. Y, si tienes fiebre, tu cuerpo está quemando energía aceleradamente y necesitas repararla.
Exponerte al frío no te va a enfermar: una investigación encontró que hombres que pasaron varias horas en temperaturas, justo por encima de la congelación, tuvieron un aumento en la actividad de su sistema inmunológico al luchar contra virus. Es más probable que te enferme en lugares cerrados, donde los gérmenes se transmiten fácilmente.
10. La vacuna contra la gripe me dará gripe
No nos cansamos de decirlo: la vacuna es la mejor forma de prevenir la influenza, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades la recomiendan para cualquier persona mayor de seis meses y no produce ninguna enfermedad porque no contiene virus vivos.