Cortinas, libros viejos y otros focos de alergia en el hogar

Es una reacción del sistema inmunológico hacia algo que no molesta a la mayoría de las otras personas. Las sustancias más comunes que producen alergias son: polen, ácaros del polvo, esporas de moho, pelo de animales, alimentos, picaduras de insectos y medicinas. Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Al estar acostados, nuestro cuerpo deja depositadas en el colchón, las almohadas y sábanas, una gran cantidad de células muertas que atraen a los ácaros. Envuelve los colchones y almohadas con cubiertas a prueba de ácaros. Y lava semanalmente la ropa de cama con agua caliente, aconseja la Biblioteca Nacional de Medicina.

Es uno de los lugares donde más crece el moho, esa molesta capa oscura entre los azulejos o baldosas. El moho está formado por hongos que pueden encontrarse en exteriores o interiores. Crecen mejor en condiciones cálidas, mojadas y húmedas, informan los CDC.

La exposición al moho puede irritarte los ojos, la piel, la nariz, la garganta y los pulmones. Puede causar reacciones alérgicas o crisis de asma. Para evitarlo, se debe limpiar el baño con lavandina al menos 3 veces a la semana y limpiar los sanitarios con un abrasivo, recomienda la Agencia de Protección Ambiental, Oficina del Aire y Radiación.

Las personas que tienen alergia a ciertos animales, lo son realmente a las escamas de piel (caspa) que los animales desprenden. Algunos son alérgicos a la saliva de los animales, especialmente a la de los gatos, dado que contiene una proteína conocida por causar alergia, según explican los CDC.

Pueden provocar goteos nasales, estornudos, picazón, sarpullidos, edema o asma. Aunque las alergias pueden hacer que te sientas mal, por lo general no son letales. No obstante, una reacción severa llamada anafilaxia sí puede serlo. Fuente: Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

Toda superficie húmeda es apta para desarrollar esporas de moho, éstas son invisibles a simple vista y flotan en el aire exterior e interior. Pero sólo producen moho cuando caen sobre superficies mojadas. Existen muchos tipos de moho y ninguno crece sin agua o humedad, informa la Agencia de Protección Ambiental, Oficina del Aire y Radiación.

Para tener un ambiente interior más sano y evitar los brotes alérgicos, debes limpiar a menudo la superficie de las macetas, desechar los restos de hojas marchitas y evitar el exceso de riego. O mantener las plantas en lugares más bien alejados del interior de la casa, por ejemplo, en un balcón.

Otro lugar de la casa que suele estar húmedo y en donde se acumulan restos de comida. Mantén secos los azulejos, baldosas y cesto de basura para evitar el moho. Vigila especialmente los filtros, rejillas o lugares que atraen a las cucarachas, que pueden causar alergia y otros problemas de salud.

Los científicos creen que tanto los genes como el ambiente tienen algo que ver. El sistema inmunológico combate los gérmenes, para eso es el sistema de defensa del cuerpo. Sin embargo, la mayoría de las reacciones alérgicas se producen porque el cuerpo responde a una falsa alarma, indica el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas

Los ácaros del polvo, que incluyen fragmentos de ácaros muertos, son la causa principal de la alergia al polvo, y se acumulan en casi todos los muebles del hogar. Si tienes alergia al polvo, evita el mobiliario tapizado. Trata de usar madera, cuero o vinilo, aconseja el Instituto Nacional de Salud (NIH).

Limpia los muebles con una tela húmeda o una aspiradora una vez por semana. El polvo del hogar contiene partículas microscópicas de polen, moho, fibras de la ropa y telas, detergentes e insectos microscópicos (ácaros). Mantén el aire interior seco y trata de mantener el nivel de humedad por debajo del 50%.

Es una superficie ideal para que se deposite moho, polvo y ácaros de todo tipo. Una solución para evitar la alergia es reemplazar la alfombra con madera u otro piso duro, afirma la Biblioteca Nacional de Medicina. Y agrega que el aire transporta las esporas del moho, que pueden estar presentes durante todo el año en el hogar.

Cuando una persona con alergias inhala un alérgeno, el cuerpo libera histamina y otros químicos como parte de la respuesta inmunitaria, lo cual causa picazón e hinchazón, producción de moco y, en casos graves, ronchas y erupciones, al igual que otros síntomas, explica la Biblioteca Nacional de Medicina.

Ayuda a mantener la casa fresca y seca y también a combatir los alérgenos, especialmente si incluyen filtros especiales para capturar el polvo y la caspa de animales. Pero a veces acumulan polvo en sus motores y un hongo llamado Cladosporium, puede comenzar a crecer y causar alergias.

Tu médico te hará un examen físico y preguntas acerca de los síntomas. Todo esto es importante para el diagnóstico de las alergias, incluyendo el hecho de si los síntomas varían de acuerdo con el momento del día o la temporada, posibles exposiciones, como el tener una mascota en la casa, etc.

Los libros de tu biblioteca también pueden ser alimento para las plagas. Allí se alojan ácaros del polvo, esporas de moho, y minúsculas criaturas llamadas booklice. Desecha los objetos y artículos mohosos como libros viejos, peluches y zapatos.

Para que tus libros no desencadenen alergias, intenta aspirar sus superficies regularmente o almacénalos en un lugar cerrado. Y respecto de los peluches, procura mantenerlos lejos de las camas y lávalos frecuentemente con agua caliente.

Las telas, los tapetes, los animales disecados, ciertos adornos o el papel de de la pared, pueden contener esporas del moho si se conservan en lugares húmedos. Mantén los cuartos secos y utiliza un deshumidificador, si es necesario. Fuente: Biblioteca nacional de Medicina.

Es evitar estar cerca de moho, caspa y polvo, aconseja el Instituto Nacional de Salud, dado que además de síntomas superficiales, se puede producir rinitis alérgica, eccema atópico y conjuntivitis alérgica. Hay vacunas antialérgicas (inmunoterapia) para controlar los síntomas o para los momentos en que el agente no puede evitarse.